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548 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ alzado a capitán de la primera compañía de fusileros - Don Pedro José Indaburu, Don Andrés y Don Manuel Monje y Don Pedro Rodríguez, alzados a capitanes - Don Tomás Orrantia, Don Melchor Ximénes, entendido con el apodo de Pichitanca, Doctor Don Joaquín de la Riva, alzados a xefes de la artillería y compañía levantada por sí - Don Pedro Cosío, comerciante alzado a administrador de la respetable renta de Correos, a su hijo, (f. 23v) entendido con el apodo de Masamorra - Don Buenaventura Bueno - Don Juan Basilio Catacora, Don Sebastián Aparicio, Don Julián Gálvez - Los presbíteros, Don Andrés del Castillo, exfrayle dominico, Rector del Colegio Seminario, Doctor Don Melchor León de la Barra, cura de Caquiaviri y Vicario del Partido de Pacages. Don José Antonio Medina, cura interino de Sicasica; Don José Mercado, presbítero del Arzobispado de La Plata; Don José María Monje, que ocupa el servicio de capellán de las tropas de caballería; Don Sebastián Buitrón y Figueroa, entendido con el apodo de Casarasiri - Don Romualdo Gernio, cura de la doctrina de Chanca; Don Gregorio Pradel - Don Rudesindo Aragón y, finalmente, Don Juan Basilio Catacora, Don Gregorio Lanza y Don Victorio Lanza, regidor. - Los escribanos Juan Manuel de Cáseres y Mariano del Prado, con los intrusos subdelegados Don Manuel Ortiz, en el partido de Yungas. Don Francisco Maruri en el de Larecaxa. Don José Hermenegildo Peña, en el de Sicasica. Don Gavino Estrada, en el de Pacages. Don Manuel Buire, en el de Omasuyo, y a todos los demás (que no podemos declararlos nominatim, pero lo haremos quando tengamos convincentes pruebas), que desde el principio de la conmoción, o en su intermedio, han cooperado el alzamiento. Declarándoles como los declaramos malditos del Eterno Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, como los declaran dichos sagrados concilios de Toledo, en la excomunión lata y anatema que fulminan. Y baxo la misma Excomunión Mayor, mandamos a todos los fieles cristianos, les nieguen todo auxilio, favor y ayuda. Que no les comuniquen, ni traten aun en lo civil y político, negándoles el habla enteramente. Y no obedeciendo este nuestro mandato, pasaremos a declarar el entredicho y cesación a divinis, hasta conseguir total quietud, fidelidad y vasallage a nuestro Soberano. Dado en el pueblo de Irupana, a los veinte y siete días del mes de septiembre de mil ochocientos nueve - Remigio, obispo de La Paz - Por mandado de su señoría ilustrísima, el obispo mi señor - Doctor Francisco Antonio de Isaura, secretario Doc.3 El Obispo de La Paz al Cabildo, Justicia y Regimiento de dicha ciudad AGI, Audiencia de Cuzco, Leg. 66, f. 16r-v. Copia de manifiesto Irupana, 28 de septiembre de 1809 Nos, el Doctor Don Rernigio de La Santa y Ortega, por la gracia de Dios y de la Santa Cede Apostólica, Obispo de esta diócesis de nuestra Señora de la Paz. Teniente vicario general de los Reales Exércitos de mar y tierra, por el Excelentísimo e Ilustrísimo señor Don Pedro de Silva, Patriarca de las Indias, del Consejo de su Magestad, et cetera - Por quanto el muy ilustre Cavildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de la Paz, gobernador de toda la Provincia, se ha servido embiar con todo el lleno de sus facultades a este Partido, al señor Don Mariano de Urdininea, regidor

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