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538 MIGUEL ANXO PENA ÜONZÁLEZ por el grueso de la población que, pese a lo que se haya podido afirmar, tendría sus escrúpulos, por proceder no sólo contra el poder civil sino también contra el eclesiástico, aunque entre los revolucionarios se encontrara también un número nada desdeñable de presbíteros. Teniendo en cuenta, como ya hemos afirmado, que se ha reconocido en las últimas décadas que por su paiie no había habido ningún intento de entregar aquellas provincias a la princesa Carlota de Portugal, hemos de aceptar también, que recurriendo al derecho civil 125 y canónico 126 , afirme "que queda excluída toda sospecha del delito, quando falta o no ha interbenido causa para cometerlo" 127 . Por último, ahora la cuestión se complica ya que por el hecho de haber aceptado unas acusaciones falsas, "se han hecho reos criminosos de falsedad y de injuria, y también prebaricato y deslealtad, los jueces que admitieron unas delaciones y propuestas tan indignas e inverisímiles" 128 , que no deja de ser un paso más en la lógica de todo el proceso, sustentado a paiiir de autores bien conocidos y de reconocido prestigio, como es el caso del canonista Agustín Barbosa. Junto a este aspecto, plantea también que "se atreban a sindicarme de irregular, por causa de haber lebantado armas en Irupana contra los traidores" 129 , entendiendo que así ha sido nonnal, poniendo para ello como ejemplos a distintos obispos, e incidiendo de manera particular en los ejemplos de Rodrigo Jiménez de Rada, Gil de Albornoz o el mismo Cisneros 130 . La conclusión a la que llega, donde nuevamente se deja entrever su vehemencia, afirma que: "De todo biene a rresultar que no tienen más carácter que el de unos libelos infamatorios, quantos sumarios, oficios, informes y representaciones se han tirado contra mí, en la Paz y Chuquisaca" 131 . Después justificará nuevamente la necesidad de los desagravios, puesto que afectan también al Soberano, que ha de defender a aquellos que son de su Consejo y entre los que se incluye también él 132 . 125 C 47.2.39. El texto resulta un tanto ambiguo con referencia a lo que él propone. Pero es indudable que se encuentra en esa línea de pensamiento. 126 Cf. C.23 q.8 c.14. 127 Apéndice, doc. 5, n. 99. 128 Ibíd., n. 1O l. 129 Apéndice, doc. 5, n. 102. 13 ° Cf. !bid. 131 íbid.11. 104. 132 Cf. !bid., n. 106.

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