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526 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ fidelidad a la persona de Femando VII, los encausados terminarán por acusarse entre ellos mismos. Los indultos prometidos, tanto por las autoridades civiles, como por el mismo prelado, son rápidamente olvidados dando paso a una actitud de manifiesta venganza, que tendrá como consecuencia los sucesivos alzamientos que vivirán aquellas tierras. Así, el día 29 de enero, en ejecución de la primera sentencia, fueron ajusticiados en las horcas levantadas en la plaza mayor de La Paz, Pedro Domingo Murillo, Basilio Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan Antonio Figueroa, Apolinar Jaén, Gregario García Lanza y Juan Bautista Sagárnaga. Según el fallo del jurado, a Pedro Domingo Murillo y Apolinar Jaén les fueron cortadas las cabezas, ordenando expresamente que fueran expuestas en lugar público, en lo alto de La Paz y Coroico, respectivamente. Así se cumplió. Lo sorprendente del hecho es que los insurgentes luego fueron sepultados en diversas iglesias de La Paz, es decir, en sagrado. Los de Murillo y Sagámaga, en la de San Juan de Dios, el primero de ellos, como es de suponer, sin cabeza. En 1939, al realizar trabajos de restauración en dicho templo, fueron encontrados los cuerpos de Murillo y Sagámaga en un altar lateral. Después de los oportunos estudios, fueron trasladados en dos urnas a la catedral 74 . Casi treinta años más tarde, en 1965, es también recuperada la cabeza de Murillo en la iglesia de San Francisco, por lo que después de unas oportunas intervenciones, se habilita debajo del altar mayor una cripta donde se depositarán los restos de diversos insurgentes, trasladando en 1969 también las urnas de la catedral 75 . La segunda sentencia fue firmada un mes más tarde, el 28 de febrero, todas haciendo relación a penas menores que la primera. En ella se cuenta 74 Cf. La glorificación de los restos de Murillo y Sagárnaga. Homenaje de la Alcaldía Municipal de La Paz, La Paz, Imp. Sucs. A. H. Otero, 1940. 75 "Años más tarde, en 1965, según datos proporcionados por miembros de la comunidad franciscana, se verificó el hecho, a través de la lectura de los archivos de la Orden, de haber sido recuperada la cabeza de Murillo, poco después de haber sido colocada en el Alto de La Paz, por el religioso Juan de Dios Delgado, quien la trasladó ocultamente para enterrarla debajo del altar de San Antonio, en la iglesia conventual; al practicarse una excavaciónon en dicho lugar, fue hallada la cabeza del caudillo, lo que indujo al prior del convento a solicitar la traslación de las urnas de la catedral a ese lugar, cosa que se efectuó tan sólo en octubre de 1969 cuando ya se había concluido el trabajo de una cripta abierta bajo el altar mayor. Este sitio se ha convertido en un verdadero santuario patriótico, donde reposan los restos de varios de los protomártires de la revolución de 1809. Anualmente, el 16 de julio, se efectúan actos solemnes en su honor, con participación de las autoridades, de fuerzas militares y del pueblo de La Paz''. J. Siles Salinas, La independencia de Bolivia... , 195.
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