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baluarte a Bartolomé de Carranza, que curiosamente él había ele- gido para acompañarle al Concilio 31 . A él se debe el mérito de que en el Concilio de Trento la escolás- tica recupere un lugar destacado, frente a los grupos humanistas que eran partidarios de un enfoque eminentemente bíblico. Para Belda Plans, “Soto con su actitud decidida dio a conocer la nueva Teología Escolástica cuya renovación y modernización era ya un hecho en la Academia Salmantina; gracias a él y a otros teólogos allí presentes fue respetada la nueva teología arraigada en Sala- manca” 32 ; con todo, para estudios monográficos queda el valorar si realmente esto fue un avance en la reflexión teológica, o se limita exclusivamente a una consecuencia más en aquel complicado dis- curso y contexto que suponía la reflexión conciliar, intentando poner freno a la Reforma protestante. Al igual que con Vitoria, las relecciones se convierten en un lugar singular para conocer su pensamiento, acerca de cuestiones especificas y particulares. También ellas dan cuenta de los reales y concretos que eran los problemas abordados. Sirva de muestra, aquella que tuvo una mayor difusión en su misma época, la referen- cia a la limosna, que se vería posteriormente refundida en su obrita Deliberatione in causa pauperum que, a lo largo del siglo XVI , tuvo siete ediciones 33 , y que tendrá especial trascendencia por su enfren- tamiento con el benedictino Juan de Robles. Teniendo estos datos presentes, la evolución que supone la tra- dición salmantina, aparece especialmente clara en Domingo de Soto, desde el momento en que él mismo, sostiene que la teología es una ciencia, como “hábito de conclusiones probables” 34 . Nueva- mente, en el centro del discurso, se sitúa la teología, valiéndose de otras ciencias, pero ocupando un lugar indiscutible. Con la expe- riencia que él había tenido, desde el ámbito del magisterio, hasta la APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL CONCEPTO «ESCUELA DE SALAMANCA» 83 31 Acerca de este tema, cf. B. Carrranza de Miranda, Controversia sobre la necesaria residencia personal de los Obispos y de los otros pastores inferiores , J.I. Tellechea Idígoras (ed.) (Madrid 1993). 32 Cf. J. Belda Plans, La Escuela de Salamanca y la renovación de la teolo- gía… 411. 33 La Relectio tuvo lugar en la Universidad en el año 1542, viéndose refun- dida años más tarde. Cf. Domingo de Soto, In causa pauperum deliberatio (Sal- manticae 1545). Acerca de este particular, cf.: V. Beltrán de Heredia, Domingo de Soto. Estudio biográfico documentado (Salamanca 1960) 105-114; J. Brufau Prats, La Escuela de Salamanca ante el descubrimiento del Nuevo Mundo (Salamanca 1989). 34 Cf. C. P OZO , La teoría del progreso dogmático… 82.

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