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2.2. Domingo de Soto, transmisor eficaz y atento Pero el resultado concreto de esta manera de hacer teología nos lo mostrarán, de manera rotunda, sus dos grandes correligionarios: Domingo de Soto y Melchor Cano. A ellos, y a la técnica del dictado, debemos la transmisión de un pensamiento que fue singular a lo largo de una época. Con la experiencia particular que, el pensa- miento de estos tres autores, se mantendrá en perfecta sintonía. Así, si por algo ha de ser recordado Domingo de Soto, a diferen- cia del propio Vitoria, es por su amplia producción impresa, que tiene como origen sus manuscritos y los apuntes al dictado de sus alumnos, que posteriormente serán reelaborados por él mismo en sus diversos libros. Soto había sido formado en un contexto amplio donde había primado el nominalismo, que en él evolucionará hacia un tomismo amplio. Su formación filosófica no cabe duda que le ayuda a entroncar los problemas en una clara línea de pensamiento práctico, donde la teología afronta los problemas vitales del ser humano. Desde este contexto podemos comprender, como recuerda el propio Barrientos, que Soto se sienta impelido a escribir su tra- tado De iustitia et iure en razón de la infinidad de cuestiones de índole moral y económica que claramente eran injustas y poco éti- cas 30 , en un claro afán, desde la teología, de ofrecer una palabra oportuna a la sociedad. Pero una teología que ya se plasma, incluso visiblemente, de una manera totalmente nueva. Con la aportación de un código de relaciones y comportamiento social, que mantiene cierta autonomía de otras cuestiones teológicas. Era evidente, como ya lo había sido para Vitoria, que el acontecimiento indiano, apor- taba una nueva manera de comprender y configurar la sociedad y, de manera especial, toda la vida económica de la sociedad moderna. También en Soto estas cuestiones concretas, respondían formalmente al comentario académico a la II-II ae de Santo Tomás, especialmente a las qq. 57 a 88, desde la manera cómo el creía que debían ser dispuestas y estudiadas. Pero también en su comentario In Quartum Sententiarum , Soto ofrece un pensamiento de marcada elaboración personal, donde aquellos temas que le inquietan de manera especial, ocupan un lugar destacado: las cuestiones eclesiológicas en relación como los sacramentos, la tesis de la presencia de los pastores en sus sedes, que tan debatida había sido en Trento, y que tenía como singular 82 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 30 Cf. J. Barrientos García, La Escuela de Salamanca … 1078.

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