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nas. Es el hecho de explicar la teología no a partir de las Sentencias de Pedro Lombardo, sino precisamente comentando la Summa del Aquinate, partiendo, además, de la división propuesta por el Doctor Angélico en la misma. El antecedente más importante a este hecho lo encontramos en la ciudad del Tormes en los albores del siglo XVI , personificado en el magisterio del también dominico Diego de Deza, ya que siendo el primer teólogo que explicó tomismo puro en la Uni- versidad de Salamanca, promueve la apertura de los reinos hispa- nos a la aceptación del Doctor Angélico, frente al escotismo y a la teología de las tres vías, que no dejaban de encontrar más oposito- res y detractores 17 . Si autores como Barrientos han visto ya claro que, de esta manera, se va introduciendo lenta, pero decididamente el tomismo en las aulas de teología de Salamanca desde el siglo XV , el profeso- rado ejercido por Vitoria durante veinte años de docencia, supone un aldabonazo definitivo a la implantación del mismo, como fuente casi única de pensamiento. El dominico, superando las dificultades que suponían las constituciones de Martín V, que obligaban a expli- car teología a partir de las Sentencias 18 , aplica la práctica común lle- vada ya a cabo en París, que no es otra que el estudio de la teología comentando la Summa Theologica de Santo Tomás y el permitir a los alumnos que tomasen apuntes en clase. Posteriormente esta concesión derivaría inexorablemente en la práctica del dictado desde la cátedra que, lejos de hacer avanzar la ciencia y el rigor científico, así como la valía de los estudiantes, les reducía al estudio de las copias manuscritas. No cabe duda que, por otra parte, esta realidad ha sido muy fructífera para poder conocer aquello que venía siendo explicado en el aula, aunque solo reúne rigor para los primeros catedráticos, puesto que los siguientes, se valdrán tam- bién de los apuntes de sus maestros, por lo que su pensamiento no lo podemos considerar como propio e independiente, así como no es posible precisar qué fuentes son comunes y cuáles propias. En palabras de Melquíades Andrés, “la facultad de teología veló cuidadosamente, en el siglo XVI , por ofrecer a los alumnos una visión íntegra de los principales sistemas teológicos. Ello confirió gran capacidad de diálogo y subida seguridad doctrinal para distinguir el dogma revelado de las explicaciones escolares. A la vez ofrecía al 78 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 17 Cf. M. Andrés Martín, La teología española en el siglo XVI , vol. I (Madrid 1976) 273; J. Barrientos García, La Escuela de Salamanca … 1047-1048. 18 “Constituciones de Martín V para la Universidad de Salamanca”, en V. Beltrán de Heredia, Bulario de la Universidad de Salamanca (1219-1549) , vol. II (Salamanca 1966) 203-204, doc. 647.
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