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234 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ Al mismo tiempo, comienzan a surgir personalidades que muestran sen– sibilidad hacia las épocas más gloriosas de Salamanca. Es el caso del eru– dito valenciano Gregario Mayáns, que de 1733 a 1739 ocupa el puesto de bibliotecario real en Madrid, dedicándose a estudiar autores del siglo XVI en Salamanca. Concretamente a él debemos el concepto de "Siglo de Oro". Al mismo tiempo, al socaire de Mayáns incluso se puede intuir un movimiento reivindicador antijesuita, que coincide en el ambiente en el momento apro– piado. Así, en 1761, publica en Valencia las obras de Fray Luis de León 98 y en "1764 publicó en Génova las obras del Brocense, y promovió constan– temente la lectura y las ediciones de Fr. Luis de León. Mayáns reivindicó la grandeza cultural del siglo XVI, y a muchos autores con vinculaciones sal– mantinas. Alaba a los grandes teólogos y considera a Melchor Cano el mejor escolástico de Trento, a Arias Montano el mejor escriturista; y a Antonio Agustín el mejor dogmático,, 99 • No cabe duda de que se trataba de una in– terpretación interesada, muy vinculada a una lectura de corte eminente– mente regalista. La anipliación de intereses Por todo lo dicho se intuye que Salamanca, tanto en el siglo XVI como en el XVII, es un perfecto crisol ele ideas, gentes y culturas, que suponen cru– ces y confluencias frecuentes y de todo tipo. Ciertamente, los influjos en estos siglos serán muy diversos, tanto en su importancia como en su riqueza de posibilidades, pero no cabe duela de que existen con gran vitalidad. Por tanto, en la medida que se producen esas confluencias, existirá una Uni– versidad ele gran amplitud, donde lo católico será una característica singu– lar y de primera fila, pero al mismo tiempo, desde el momento que decaen las confluencias, mengua también la importancia de la Alma Máter. Con todo, el siglo XIX está plagado de acontecimientos que no ayudarán al sostenimiento de una reflexión, donde lo católico es clave fundamental. Salamanca sufre en sus propias carnes la invasión francesa, que descon– cierta y desordena la vida de una ciudad de provincias en la que todo dis– curría en torno a dos vé1tices: la Monarquía y la Iglesia, que tenían su reflejo en la Universidad. Unas décadas más tarde, España sufre la desamortiza– ción, que tiene como resultado más visible la desaparición de las Órdenes religiosas y la fuerte presencia que éstas tenían en Salamanca, ya que toda– vía gran pa1te de la reflexión universitaria venía sostenida por los regulares, "" e;¡: Gregario MAYÁNS Y S!SCAR, Obras y traduccionespoéticas de Fr. Luis de León con su uida escrita, Valencia, 1761. 99 Luis E. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO BEZARES, "La Corona de Aragón en la Universidad de Salamanca: si– glos J\"VII y J\"Vlll", en Aulas y Saberes. V7 Congreso Internacional de Historia de las uniuersidades bispá– nicas (Valencia, diciembre 1999), t. 11, Valencia, Universitat de Valencia, 2003, p. 410. q: Antonio MESTRE SANCHís, Ilustración y reforma de la Ig,lesia. Pensamiento político-religioso de Don Gregario Mayáns y Siscar(1699-1781), Valencia, Ayuntamiento de Oliva, 1968.
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