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LA(S) ESCUELA(S) DE SALAMANCA. PROYECCIONES Y CONTEXTOS HISTÓRICOS 189 han de servir. Algo que siempre está identificado con la figura de un sobe– rano, que quiere defender sus intereses particulares, frente a los otros, re– presentados generalmente por el Orbe católico. Estos autores del marco europeo, en los que está presente el pensamiento de nuestros clásicos his– pánicos, especialmente de Francisco de Vitoria, el Dr. Navarro, Francisco Suárez y Luis de Molina, a los que conocen y utilizan, extraerán conclusio– nes a veces parecidas y otras divergentes, pero no olvidemos que orienta– das hacia un fin y preocupaciones muy diversas. Con todo, no se puede tampoco olvidar que este uso estaría también justificado por el hecho ele que la política siempre tiene un trasfondo teológico en el qt\e busca justificarse constanten1ente. En este sentido, el uso de la Summa introducido en Salamanca por Fran– cisco de Vitoria pronto se convirtió en recurso obligatorio e incondicional para que los autores estuvieran en continuidad con el nuevo orden ele pen– samiento. Pero, precisamente y en razón de la importancia que iban te– niendo las nuevas teorías, los distintos grupos ele presión que se encon– traban en el marco universitario salmantino, compuesto por el Estudio y los colegios y conventos incorporados a la Universidad de Salamanca, empie– zan a hacer su propia interpretación y visión desde la obra del Aquinate, lle– gando a soluciones diametralmente opuestas e, incluso, en muchos mo– mentos encontradas. Como punto ele partida, nadie puede negar la existencia clara ele una Escuela, que viene configurada por un modo ele hacer y pensar, donde la Teología es el motor propio y singular que da sentido a la misma. Ya los graneles autores del Siglo de Oro español tienen clara conciencia ele este hecho singular. A este respecto, baste recordar al eminente teólogo Melchor Cano quien, sin ninguna duda, tiene por seguro ser discípulo del Maestro Francisco ele Vitoria 6 • Partiendo ele la realidad del concepto, se impone ahora determinar los momentos y acontecimientos que han influido en la confi– guración e identificación del mismo. Para que el desarrollo mantenga cierta lógica formal, parece conveniente partir de los antecedentes al siglo XVI y, desde ahí, progresivamente ir avanzando en la elaboración del discurso. LA ESCUELA TEOLÓGICA PREVIA (SIGLO XV) El llamado siglo de oro salmantino no podrá ser bien entendido si no se tiene presente aquello que fue su etapa previa, puesto que no cabe duda de que el despegue intelectual del siglo XVI tiene su origen en los movi– mientos y pasos que se fraguan con anterioridad y, en cierta medida, en un cúmulo de acontecimientos circunstanciales que, unidos entre sí, posibilitan esa nueva configuración social, política y cultural. 6 Cf Melchor CANO, De locis tbeologicis lib11' duodecim, lib. XII, cap. 1, Salmanticae, 1563, p. 385a.

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