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226 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ Curiosamente, al mismo nivel, se sitúan también maestros que no han ejercido su magisterio en las aulas de la Universidad, con lo que se puede colegir que estaban totalmente asumidos, así como otro sinfín de papeles y cartapacios que no recuerda muy bien su procedencia. No cabe duda de que las posibilidades en nuestro caso son, al menos, las mismas que lo eran para Fray Luis de León, pero también es cierto que sería muy difícil medir cómo se propaga el pensamiento de la Escuela de Salamanca, en un mo– mento en que su reflexión teológica se ha difundido ya y es la misma que se está proponiendo, con muy pequeños detalles, en Alcalá, Valladolid, Se– villa, Coímbra, Lima o México. Pero nuevamente Fray Luis sirve para ofrecernos luz, puesto que recor– dando su experiencia como alumno de Teología, no se limitaba únicamente a las lecciones, como ocurría con todos los estudiantes: Siendo oyente de Theulugía y oyendo al maestro Cano [1546-1551], que fue my maestro, le escriví en el general las lociones que le aya, como es costumbre en Salamanca; y de aquellos papeles, que entonces le es– cribí, a ele aver agora entre mis escritos algunos cuadernos pocos y mal concertados, porque los más después acá se an perdido. También en un cartapacio mío an ele estar algunos sermones en suma, escritos ele my letra, que son ele Frai Alonso Gutiérrez, dominico, los quales yo le oy en Salamanca, y después, como he dicho, sumava lo que avía dicho y es– crivíalo en el dicho ca1tapacio 77 • De esta manera, los sermones así como los actos académicos, tanto en la Universidad como en los conventos, eran lugares muy concurridos y de gran asistencia, donde los estudiantes acudían a tomar notas, que luego in– corporaban en sus apuntes. Pero si hasta aquí los detalles nos dejan sor– prendidos, nos quedamos perplejos ante sus declaraciones, dos años más tarde ante la misma Inquisición de Valladolid: Y notoria cosa es que en la Escuela ele Salamanca unos escriven lo que oyen y otros escriven no lo que oyen sino lo que hallan en los papeles ele los oyentes; y otros acerca ele una misma materia mezclan las leturas ele clifferentes maestros, y, algunas vezes, lo que ellos también hallan en los libros, y ele todo ello hazen un cuerpo 78 • El maestro agustino no se está ya refiriendo a su experiencia, sino que expone aquello que es común en el Estudio salmantino, donde muchos es– tudiantes toman apuntes, como era costumbre en el Estudio, otros escriben a partir de los apuntes que han ido tomando otros, pero también los hay que hacen una síntesis entre diversas copias de apuntes de maestros diferentes, con lo que la práctica del dictado era algo mucho más importante que lo 77 Tomado de: Luis E. RoDRiGUEZ-SA>'I PEDRO BEZARES, ..consideraciones sobre....., op. cit., p. 330. 78 !bid., p. 331.

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