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LA(S) ESCUELA(S) DE SALAMANCA. PROYECCIONES Y CONTE:X.10S HISTÓRJCOS 225 mundo de los manuscritos. Parece conveniente, a este fin, descentrar una unilateral importancia del libro, valorando así en su justa medida el mundo ele los escritos que circulan en la época, llegando éstos a estar presentes en los ambientes más diversos y dispares. Él nos propone el ejemplo ele la celda ele Fray Luis de León, donde nos encontramos apuntes de clase de escolástica y Biblia tomados por el propio fray Luis en Alcalá y Salamanca, en su época de estudiante; apuntes de otras cla– ses universitarias prestados por los oyentes de las mismas; traslados rea– lizados por el propio fray Luis de apuntes de clase de oyentes; copias de lecciones en diversas universidades, enviadas por amigos y colegas; ma– nuscritos inéditos de profesores amigos, prestados por ellos mismos; apuntes de clase de escolástica y Biblia ampliamente circulantes, en ma– nuscritos, entre los miembros ele la Orden ele san Agustín; apuntes y ano– taciones de clase que se custodiaban en la librería del convento de San Agustín ele Salamanca; traslados de actos públicos y repeticiones univer– sitarias; finalmente, copias de apuntes ele sermones, prestados o propios 7 º. Pero si este detalle, de por sí es ya sumamente expresivo y nos abre a un mundo ele posibilidades ilimitado, esto se manifiesta todavía más en la declaración del agustino ante la Inquisición de Valladolid en 1572, cuando manifiesta que en su propia celda hay manuscritos ele muy diversa índole y procedencia, pero a decir verdad, no se trata sólo de autores, sino tam– bién de una manera de hacer Teología, que va tomando una serie ele ex– presiones diversas: E declarado que entre mis papeles avía muchos otros que no eran míos ny compuestos por my; como eran las lecturas del maestro Victoria y Cano y Vega y Frai Pedro ele Sotomayor y Frai Juan de la Pe!l.a y el maestro Gallo y el maestro Cipriano y el maestro Villalobos, y otros mu– chos ele que no me acuerdo. Y sin esto avía otros cartapacios y papeles que frailes y otras personas me avían prestado 71 '. Si analizamos brevemente lo que está diciendo, resulta que es imposible delimitar ninglin tipo ele fronteras. Por una parte tenemos la asunción y uso ele traslados y apuntes que no son propios como práctica frecuente y nor– mal, sin que supusiera ninguna dificultad. Por otra parte, la variedad ele au– tores es sumamente expresiva. Nos encontramos maestros ele las universi– dades ele Salamanca y Alcalá, más ele la primera, como es lógico, pero sin hacer ninglin tipo ele distinción entre ambos. Entre los maestros salmanti– nos tenemos referencia, al n1enos, a tres períodos bien definidos: Vitoria, que comprendería el primero; Cano, el observante Andrés ele Vega, Pedro ele Sotomayor y Juan de la Pefi.a, el segundo; y Juan Gallo, el tercero. 70 !bid., p. 331. 71 ' Tomado de: ibid., p. 330.

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