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LA(S) ESCUELAJS) DE SALAMANCA. PROYECCIONES Y CONTEX!OS HISTÓRICOS 223 dominicos querían mantener un control directo sobre obra y doctrina, de– jando al margen cualquier riesgo ele disensión. Domingo Báñez pasa a ser la cara visible en la pugna ele Escuelas, por parte ele los dominicos, que resurgía una vez más en el seno universitario pero, si en la competencia fundamental en los últimos años venía siendo entre dominicos y agustinos, a esa realidad se añade ahora también la na– ciente Compañía ele Jesús, que no renuncia a tener un espacio propio y sig– nificativo, en razón ele su fuerza y cualificación doctrinal. Báüez, en este sentido, considerará que Vitoria, Soto, Cano y Mancio eran algo eclécticos y dados a las novedades, distanciándose así ele la verdadera doctrina to– mista72. Aquello que en Bartolomé ele Medina se podía intuir, se manifiesta ahora en su radicalidad, acompañado ele la negación ele todo estilo culto y elegante, por considerarlo innecesario. Su constante alegato a favor ele la so– briedad, así como la brevedad en sus comentarios, no será efecto o resul– tado ele una mutilación, sino más bien ele evitar todo lo que se considere innecesario para una clara y simple interpretación del texto. Por ello, el apa– rente empobrecimiento ha ele ser leído como la búsqueda ele una doctrina segura, cierta, sin fisuras. En este sentido, no se puede pasar por alto el de– talle ele que la pugna con la Reforma va progresivamente dejando paso a las controversias en el seno ele la catolicidad. Se trata, por tanto, ele una cuestión ele método, que se distancia del eclecticismo, dando paso a una Teo– logía determinada especialmente por lo especulativo 73 • La difusión de la Summa es una realidad en ascenso permanente, cono– ciéndose ediciones y comentarios ele todo calibre, llegando incluso a pe– queños compendios y obras ele bolsillo, que permitían tenerla siempre a mano, para solucionar posibles eludas o cuestiones. No es necesario incidir demasiado en lo apreciadas que serán este tipo ele obras por parte ele los estudiantes y colegiales, teniendo así una herramienta segura. Entre dichos compendios y comentarios, lugar preferente ocupará, desde la escolástica tomista, promovida por los dominicos, la obra ele Juan ele Santo Tomás, que podemos considerar como el gran comentario ele Santo Tomás. Con todo, la amplia y rigurosa reflexión emprendida parece dar fruto también en otros ambientes, y ya no se circunscribe únicamente a Sala– manca. Las ideas ele Vitoria y Soto se recrearon en alumnos, profesores y universidades, que desde sus nuevas responsabilidades docentes o guber– nativas expandían sus ideas allende los mares. Unos los podemos conside– rar como discípulos, igual otros no llegan a esa categoría, y sólo pueden ser vistos como sirnpatizantes ele sus ideas, pero ésta es la realidad histórica. Con ello, nos surge un interrogante acerca ele qué sucedió con la Escuela. No cabe duela de que la presencia dominicana sobre ella se convierte en un elato importante, razón por la cual, en el momento en que éstos dejan ele 72 Cf Domingo BAÑEZ, Scbolastica commenta1in in Il'"' If'", Douai, 1615, p. 383. 7 · 1 q: juan BELDA PLANS, La E'cuela de Salamanca, op. cit., pp. 791-792.
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