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218 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ En este sentido, no resulta excesivamente complicado ver cómo se asume la línea de pensamiento, en detalles tan significativos como el uso de la Sunima, que no será sólo utilizada desde la Teología, sino también desde el Derecho, como en el caso del mismo Doctor Navarro. Si algo caracteriza, de manera amplia, a estos maestros es el hecho de no tener fronteras, de ser personajes con una honda influencia en los distintos lugares en los que se va desarrollando su vida y por los que van pasando de manera sucesiva, construyendo una amplia tela de contactos y relacio– nes que no tendrá límites. Si recurrimos a los epistolarios de estos u otros personajes de esta época, vemos cómo esto es verdaderamente significativo y elocuente, siendo exponencial el número de relaciones y contactos que mantienen en todo momento. Por otra parte, precisamente eso era un ele– mento propio del Renacimiento, no exclusivo e identificador de Salamanca. La nueva sensibilidad favorecida por Trento De lo dicho se intuye que la aportación ele Melchor Cano supone la con– solidación de una Escuela, que se formula ya en un método, pero que, por el mismo motivo ele hacerlo, pierde algo de su espontaneidad natural y creatividad originales. Se da el paso de la reflexión, donde los aconteci– mientos sociohistóricos son fundamentales, a una sistematización que de– rivará en diversos sentidos. Desde el núcleo tomista dominicano se impone el sucesor ele Melchor Cano en la cátedra de Prima, Domingo Báñez, que regresará a un tomismo férreo, en el que no existe ningún tipo ele concesiones. En relación al pensamiento que se elabora, desde los maestros y sus dis– cípulos aventajados, de la primera mitad del siglo XVI, Brufau Prats entiende que "nos encontramos con un c01pus doctrinale denso, extendido en el tiempo y en el espacio, articulado armónicamente en torno a una rica por– ción de tesis fundamentales que se mantienen tesoneramente y se desarro– llan con arraigo en la realidad política, social y económica, multiforme y cambiante al compás del desenvolvimiento histórico,, 6 ". Por otra parte, el elemento identificador del quehacer teológico de los dominicos ele este momento será, especialmente, su papel como recopila– dores de las doctrinas de aquellos que han de ser considerados como los maestros de la Escuela. De manera concreta, son los superiores de la Orden los que encomiendan a Bartolomé de Medina la tarea de elaborar un Co– mentario a la Summa, en el que se recogieran las aportaciones sucesivas que los maestros dominicos habían hecho desde las distintas cátedras y, es– pecialmente, desde la de Prima, en la explicación de Santo Tomás. Para este momento eran ya varios los maestros que debían ser tenidos en cuenta: ""Jaime BRUFAU PRATS, La Escuela de Salamanca ante el descubrimiento del Nuevo lvlundo, Salamanca, Editorial San Esteban, 1989, p. 124.
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