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216 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ allí donde él siga ejerciendo su magisterio, amén de su intervención en el Concilio, con una profunda polémica acerca de iust~ficatione fidei, en la que mostrará una de las características más identificadoras de la Escuela: la libertad de pensamiento, al margen de las Escuelas de Órdenes. No parece tampoco baladí el tener presente que las lecciones en los di– versos Colegios no tenían un carácter cerrado, sino que estaban abiertas y los alumnos asistían a las que consideraban más importantes, aun en los Colegios. Curiosamente, Andrés Schott dirá de él que pertenecía a la Orden de Predicadores, lo que vendría aplicado precisamente en razón de su sutil escolástica y presencia del tomismo 6 ó. Su producción literaria abarca tanto la Teología como la espiritualidad, al igual que temas propios de su Orden religiosa, que se acercarían al mundo del Derecho, así como un comenta– rio a la Regla de San Francisco. Con todo, la polémica acerca de si este autor ha de ser presentado como miembro de la Escuela es ya larga. El mismo profesor Vázquez Janeiro afirmaba: Un concepto demasiado restringido e históricamente falso, que reina por ahí tocante a lo que se denomina con el nombre ele «Escuela ele Sa– lamanca... No se puede aplicar este nombre como sinónimo ele una es– cuela determinada, sea esta cual fuere, pues sabido es que por Salamanca han pasado simultáneamente infinidad de escuelas teológicas dejando cada una buenos y típicos representantes de su paso por allí 6 ·í. Otro autor significativo es fray Luis de Carvajal (c. 1500-¿?), formado en París, donde ingresará en la observancia franciscana, pasando luego a ser uno de sus maestros en aquella Universidad. Asistirá al Concilio de Trento como legado del cardenal Angelus. Fue muy significativa su intervención, durante el quinto período de las sesiones, cuando se debatió la doctrina del pecado original, en la que él seguía las posiciones de los franciscanos de París, ha– ciendo además una defensa férrea a favor de la Inmaculada Concepción. Otro autor con una estrecha relación sería también el jurista Diego de Co– varrubias y Leyua (1512-1577) 65 , que llegaría a ser obispo de Ciudad Rodrigo, lo que justificará su presencia en Trento y, posteriormente, será promovido sucesivamente a las diócesis de Segovia y Cuenca; oidor de la Chancillería de Granada, reformador del Estudio salmantino por mandato del Soberano, pre– sidente del Consejo de Castilla... , que, a su vez, había sido discípulo del mismo r,; Cf Andrés ScHoTI, Hispaniae Bibliotheca seu de Acade111iis ac bibliothecis, Fráncfort, Claudium Marnium & haerecles loan. Aubrii, 1608, p. 149. "'Isaac VAZQUEZ ]ANEIRO, .. fr. Andrés de Vega y la teología positiva", Liceo Franciscano, 4 (1951), p. 131, nota 2. "' <;( Luciano PEHEÑA, Diego de Couarrubias y Leyua, maestro del Derecho internacional, Madrid, 1957; Francisco MARCOS RODRÍGUEZ, "D. Diego de Covarrubias y la Universidad ele Salamanca", Salman– ticensis, 6 (1959), pp. 37-85; Simón DiAZ Y DiAZ, Hombres y Documentos de la Filosc!fía Espaíiola, t. 11, Madrid, CSIC, 1983, pp. 'Í45-448.

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