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LA(S) ESCUELA(S) DE SALAlVlANCA. PROYECCIONES Y CONTEXTOS HISTÓRICOS 215 que acompaüará a Carlos V a los Países Bajos para su coronación, aprove– chando dicho viaje para predicar a los mercaderes espaüoles, al tiempo que polemiza con los luteranos. Es, precisamente, en este contexto donde pre– para su Adversus haereses. Posteriormente, acompaüará también a Felipe II, primero a Bolonia, para su coronación como Emperador (1530), y, luego, a Inglaterra cuando éste vaya a contraer matrimonio con María Tudor 0554). No se puede tampoco olvidar el papel ocupado por él en Trento, donde destacará como gran teólogo, en dos momentos. Primero, como teólogo del cardenal Pacheco (1545-1547) y, posteriormente, representando al mismo emperador Carlos V (1551-1552). En ese contexto singular todos sefl.alarán su independencia de pensamiento, algo que le unía al saber promovido también por Vitoria y Soto. Precisamente, en la apertura a una lectura in– terdisciplinar desde esa autonomía de pensamiento, Alfonso de Castro so– bresale también por su obra De potestate legis poenalis, publicada en Salamanca en 1550, igual que en el caso de Vitoria o de Suárez, aun tra– tándose de un teólogo, su pensamiento será tan sutil que llegará a ser con– siderado con ellos uno de los fundadores del "Derecho ele gentes" y, más concretamente, de la ciencia del Derecho penal. En dicha obra, de manera sistemática expone la naturaleza y el fin de la pena, así como su relación con los delitos, aplicando la doctrina a las leyes penales que, según él, obligan en conciencia. Por su parte, Andrés de Vega (1498-1549) 00 , colega y discípulo de Vitoria y su sustituto en la cátedra ele Prima de Teología (1536-1537Y'1, ocupándose de las qq. 148 a 170 ele la Secunda Secundae ele Santo Tornás 62 • También re– gentó la cátedra ele Santo Tomás 0532-1538) y, posiblemente, la de Escoto. Es uno ele los exponentes más ocultos ele la Escuela, puesto que, cuando en 1538 ingresa en la observancia franciscana, abandona la actividad do– cente en la Universidad y, lo que por muchos es interpretado como el aban– dono de la vida académica, puede ser entendido como la proyección de la Escuela hacia nuevos contextos y ambientes; en concreto, hacia el Studium que los franciscanos tenían en Salamanca desde el siglo xm, puesto que será "ºAcerca ele este autor, cf Jesús OLAZAJV\N, "La controversia Soto-Catarino-Vega sobre la certeza ele la gracia·., Estudios Eclesiásticos, 16 0942), pp. 145-183; Isaac VÁZQUEZ JANEIRO, "Ensayo bibliográfico ele Fr. A. ele Vega. ., Liceo Franciscano, 2 (1949), pp. 161-166; Alfonso MIILAN y Pedro DE PAZ, ..Ensayo bio– gráfico de Fr. Andrés de Vega, OFM [Obs] 0498-1549) .., Liceo Fra11cisca110, 2 0949), pp. 77-89; Valens HEYNCK, ,,zur Vega-Forschung. Neuere Litteratur über den Konzilstheologen Andreas de Vega, OFM [Obs]. ., Frmzziscaniscbe Studien, 34 (1952), pp. 293-313; Esteban HoRN, Glaube und recbt/ertig1111g nac/J dem hcmzilstbeologen Andrés de Vega, Paderborn, 1972. " 1 No es fácil en el presente caso delimitar entre compaüero en la docencia y discípulo en el pen– samiento, pareciera que Vega se encuentra a caballo entre esos dos aspectos. El lugar preferente que le da Clenardo en su hpistolario, recordándolo siempre con el mismo afecto e interés que a Vitoria, justi– fica nuestra opción. q: Nicolás CLENAHDO, Epistu/amm /ibri duo, Antuerpiae, Christophori Plantini, 1566, pp. 148, 162, 242. r,, C:f Miguel 0LT!L~, "La certeza del estado ele gracia, según Andrés de Vega. Aportación científica al decreto de la iustificación del Concilio de Trento". Ferdad v Vida. '\ (194~) n 47
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