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214 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ humanista 57 , lo que seguirá teniendo presente cuando parta de Salamanca y vaya a enseñar a Évora, proyectando el método ya en ese contexto siem– pre tan vinculado a la Universidad del Tormes, como será el eje Coímbra– Évora. En su correspondencia nos da cuenta de ciertos círculos académicos, movidos en tomo a relaciones de amistad, en las que nos encontramos con nombres muy significativos, y que nos hablan de una vinculación, más allá de lo estrictamente académico: Francisco de Vitoria, Juan Vaseo, Andrés de Vega, Juan Maitínez Silíceo o el mismo Nicolás Clenardo 58 • Una atención especial merece también, en aquel contexto del siglo xvr, el papel ocupado por el Estudio General de San Francisco en la ciudad del Tormes. En él ejercen su magisterio figuras que han de ser puestas en rela– ción directa con los grandes maestros dominicos. Entre ellos señalamos sólo a las más señeras, que aun desde las lecturas más radicales de la observan– cia, que llevaban implícito el abandono de los títulos académicos, eran lo suficientemente importantes como para ofrecernos nuevos datos y luces sobre la aportación singular de la Teología en aquel momento, entendiendo que no se trataba de compartimentos estancos, sino que los Estudios Ge– nerales, al funcionar como satélites de la Alma Máter, eran también magní– ficos impulsores de aquel pensamiento vivo y práctico que afloraba en el renacimiento teológico salmantino. El primero de ellos es fray Alonso de Castro (1492-1558)5 9 que estudiará en todo el contexto humanístico de Alcalá y, posteriormente, ejercerá el ma– gisterio por más de treinta años en el Estudio General en Salamanca. Su tarea como gran teólogo la combina con la predicación y desempeñando distintas tareas de gobierno en la observancia franciscana. Por otra parte, su vinculación con diversos contextos sociales queda especialmente de mani– fiesto ocupando las tareas de consejero y predicador real. Es él uno de los 57 C./ Nicolás CLENARDO, Epistolarum li/Jri duo, Antuerpiae, Christophori Plantini, 1566, pp. 146-148. 58 El Epistolario ele Nicolás Clenarclo nos da cuenta ele este entramado ele relaciones personales. C./ Nicolás CLENARDO, Epistolarum libri duo, Antuerpiae, Christophori Plantini, 1566, pp. 28, 133, 147-H8, 162, 241-242. 5 'J <;/D. BEAUFORT, "Alfonsus a Castro ah; Brouvoor Hugo ele Groots Mare liberum., Collecta11ea Fran– ciscana. Neerla11dica, 1 (1926), pp. 205-218; Teocloro 0LAlffE, A(/011so de Castro (1495-1558). Su uida, su tiempo y sus ideasjilosr5.ficas~¡urídicas, San José ele Costa Rica, 1946; Marcelino RODRÍGUEZ MüLINEHO, Origen espc111ol de la ciencia del Derecbo penal, A{/orzso de Castro y su sistema penal, Maclricl, 1959; Ma– nuel DE CASTRO, ,,fr. Alfonso ele Castro, OFM [Obs] (1495-1558), consejero ele Carlos V y Felipe Il", Sal– manticerzsis, 6 (1958), pp. 281-322; A. GONZALEZ, ..vicia y bibliografía ele Fr. Alfonso ele Castro", Liceo Frmzciscc1110, 12 0 958), pp. 9-106; F. GARCÍA GARCÍA, "Alonso ele Castro frente a los errores protestantes.., Liceo Franciscano, 12 (1958), pp. 167-219; Lino LóPEZ CANEDO, "El protestantismo. Causas históricas ele su origen y difusión, según Fray Alfonso ele Castro", Liceo Franciscano, 13 0959), pp. 131-153; Marce– lino RODRÍGUEZ MoLINEHO, Origen espaiiol de la ciencia del derecbo penal. A(/011so de Castro y su sistema de derecho penal, Madrid, Cisneros, 1959; Sandra Berke HARDING, ·Neoscholasticism ancl the Rule of Gocl's Law: The Thought of the Castilian Theologian Alfonso Castro", Historical Rejlections, 15 (Canadá, 1988), pp. 81-97; Haralcl MAIHOLD, ..systematiker cler Hüresien - Erinnerung an Alphonso de Castro (1492- 1558).., Zeitscbr !ft.fi :ir Recbtsgescbicbte, 118 (2001), pp. 523 y ss.; Daniela MüLLER, "Ketzerei uncl Ket– zerbestrafung im Werk <les Alfonso ele Castro", en Frank G1mNERT y Kurt SEELMANN (Hrsgs.), Die Ordnung der Praxis. Neue Studien zur Spmzisc/Jen Spiitscbolastik, Tübingen, 2001, pp. 333 y ss.
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