BCCAP000000000000117ELEC

204 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ y a los distintos grupos sociales. Pero una Teología que ya se plasma, incluso visiblemente, de una manera totalmente nueva. Con la aportación de un código de relaciones y comportamiento social, que mantiene cierta autonomía de otras cuestiones teológicas. Era evidente, como ya lo había sido para Vitoria, que el acontecimiento indiano apo1taba una nueva manera de comprender y confi– gurar la sociedad y, de manera especial, toda la vida económica ele la socie– dad moderna. También en Soto estas cuestiones concretas respondían for– malmente al comentario académico a la II-Jl'e ele Santo Tomás, especialmente a las qq. 57 a 88, desde la manera como él creía que debían ser dispuestas y estudiadas. Pero también en su comentario In Qua11um Sententiarum, Soto ofrece un pensamiento ele marcada elaboración personal, donde aquellos temas que le inquietan ele manera especial ocupan un lugar destacado: las cuestiones ecle– siológicas en relación con los sacramentos, la tesis ele la presencia ele los pas– tores en sus sedes, que tan debatida sería en Trento, y que tenía como singular baluarte a Bartolomé ele Carranza, que curiosamente él había elegido para acompañarle a Trento 37 . Era, por tanto, una sensibilidad amplia, a juego con el humanismo, que era capaz ele poner diversos temas en relación, ofreciendo un resultado sumamente atrayente para el auditorio o, en su defecto, para el lec– tor concreto. A él se debe el mérito ele que en el Concilio ele Trento la escolástica re– cupere un lugar destacado, frente a los grupos humanistas que eran partida– rios ele un enfoque eminentemente bíblico. Para Belda Plans, "Soto con su actitud decidida dio a conocer la nueva Teología Escolástica cuya renovación y modernización era ya un hecho en la Academia Salmantina; gracias a él y a otros teólogos allí presentes fue respetada la nueva teología arraigada en Salamanca,,is; con todo, para estudios monográficos queda el valorar si real– mente esto fue un avance en la reflexión teológica o se limita exclusivamente a una consecuencia más en aquel complicado discurso y contexto que su– ponía el Concilio ele Trento, intentando poner freno a la Reforma protestante, empezando por una metodología y purificación en los propios marcos de la catolicidad. Al igual que con Vitoria las relecciones se convierten en lugar singular para conocer su pensamiento. También ellas clan cuenta ele lo reales y concretos que eran los problemas abordados. Sirva de muestra aquella que tuvo una mayor difusión en su misma época, la referencia a la limosna, que se vería posterior– mente refundida en su obrita Deliberatione in causa pauperwn que, a lo largo del siglo XV1, tuvo siete ecliciones 39 • 37 Acerca de este terna, cf Bartolomé CARRANZA DE MIRANDA, Controversia sobre la necesaria resi– dencia personal de los Obispos y de los otrospastores inferiores, José Ignacio TELLECI-IEA IDíGORAS (ed.), Ma– drid, FUE, 1993. 38 q: Juan BELDA PLANS, La Esrnela de Salamanca..., op. cit., p. 411. 39 La Relectio tuvo lugar en la Universidad en el año 1542, viéndose refundida años más tarde. q: Domingo DE SOTO, In causa pauperum deliberatio, Salmanticae, Andreas Portonariis, 1545.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz