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LA(SJ ESCUELA(SJ DE SALAMANCA. Pl\OYECCIONES Y CONTEXTOS HISTÓRICOS 203 Así, la influencia ele maestros como John Mair, John Fisher, Josse Clichtove, Jacques Lefevre cl'Étaples y Johannes Eck es suficientemente significativa en su comentario a la Summa, donde claramente se va ampliando su horizonte ele sentido tanto hacia un humanismo religioso y moral, ele igual manera que hacia el campo jurídico. Vitoria se detiene en comentar del Aquinate, precisamente, la !-!!"" y la II-If'"', donde el argumento es eminentemente práctico y jurídico. Así, aunque la fuerza recaía sobre el tomismo, éste no se imponía ele manera tajante, sino que tenía un carácter dialogal, que se ponía en estrecha relación con la línea de acción emprendida por la Teología en las aulas salmantinas el siglo anterior. El contacto con la realidad, con lo concreto, distanciándose ele lo genérico, como algo propio del pensamiento medieval, era una alternativa sugerente para aquellos que se acercaban a sus aulas. Si las lecciones estaban basadas en el comentario de Santo Tomás, las extraordinarias se acercaban a los temas ele actualidad, en los que el maestro salmantino encontraba en el Aquinate también un perfecto interlocutor. De esta manera, él mismo prestará especial atención a los temas que preocupaban a la sociedad, desplegando toda una savia nueva. Los temas son aquellos que precisamente circulan más frecuentemente y preocupan a todos: el derecho de gentes, el derecho in– ternacional, la potestad civil y eclesiástica, las cuestiones morales, el pro– blema ele la guerra, ele los indios, el comercio con las Indias y el problema ele los precios, la simonía, las cuestiones teológicas ... Realidad que vemos concretarse, diez años después de su muerte, con la publicación ele sus Re– leccio11es teológicas. Domingo de Soto: el compilador y transmisor Pero el resultado concreto ele esta manera ele hacer Teología nos lo 1Ttos– trarán, de manera rotunda, sus dos graneles correligionarios: Domingo ele Soto y Melchor Cano. A ellos y a la técnica del dictado debemos la transmisión de un pensamiento que fue singular a lo largo de una época. Con la experiencia particular de que el pensamiento ele estos tres autores se mantendrá en perfecta sintonía, pero con sus diferencias, especialmente en el caso de Melchor Cano. Así, si por algo ha ele ser recordado Domingo ele Soto, a diferencia del pro– pio Vitoria, es por su amplia producción impresa, que tiene como origen sus manuscritos y los apuntes al dictado ele sus alumnos, que posteriormente serán reelaborados por él mismo en sus diversos libros. Soto había siclo formado en un contexto amplio donde había primado el nominalismo, que en él evolu– cionará hacia un tomismo amplio, de corte y sensibilidad humanista. Su for– mación filosófica no cabe eluda ele que le ayuda a entroncar los problemas en una línea de pensam.iento práctico, donde la Teología afronta los problemas vi– tales del ser humano. Desde este contexto podemos comprender que Soto se sienta impelido a escribir su tratado De iustitia et iure en razón ele la infinidad ele cuestiones de índole moral y económica que eran injustas y poco éticas, en un claro afán, desde la Teología, ele ofrecer una palabra oportuna a la sociedad
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