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198 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ ele los intereses ele una comprensión del mundo que tiene como eje trans– versal la catolicidad; ámbito donde confluyen flujos muy poderosos, que pasan desde las aulas ele la Sorbona a Coímbra, o del Colegio Romano al Estudio ele Lovaina o Bolonia, sin obviar que, desde el momento que se di– funde e incrementa el uso de la imprenta, ésta supondrá una herramienta eficaz que no conocerá fronteras para hacer llegar libros de toda índole y especie, incluso a los lugares más recónditos. Sí parecen estar de acuerdo los autores en admitir que el nominalismo llega a Salamanca con cierto retraso, en comparación con otros Estudios del Orbe católico como puede ser el de Alcalá. Lo cual tiene su lógica, puesto que al ser Salamanca la primera Universidad de Castilla, mantenía férrea– mente sus tradiciones y métodos clásicos, cuidando de que no se introdu– jeran fórmulas nuevas que pudieran generar espacios peligrosos. Al mismo tiempo, es la realidad de toda institución que, en el paso del origen más vivo, despierto y carismático a la progresiva ordenación e institucionaliza– ción, cada vez se va haciendo más lenta y moderada; mientras que no surja algo que la remueva ele su proceder. Por otra parte y, a lo largo del siglo xv, el escotismo había cobrado una fuerza significativa, lo cual se desprende del amplio número de autores fran– ciscanos de la época 28 , así como del atractivo que tenía en aquel momento la figura del teólogo franciscano escocés. Este interés se irá viendo progre– sivamente mermado desde el momento que los franciscanos, preocupados por la estricta observancia de la pobreza, se dispersan en un cúmulo de re– formas que les llevará a apartarse de la Universidad, abrigándose exclusi– vamente en las aulas conventuales de San Francisco el Real que, aun siendo Estudio General de la Orden, no tendrá la misma proyección que las cáte– dras universitarias o, al menos, las monografías elaboradas hasta el mo– mento no permiten evidenciar otra cosa 29 • En la medida que la presencia del escotismo decae en la Universidad, la pue1ta abie1ta para el tomismo re– sulta mucho más fácil de cruzar, pues se trataba de una dificultad o com– petencia menos. El nominalismo no era únicamente un problema ele procedimiento dia– léctico sino que supone, al mismo tiempo, un sistema de base doctrinal de mayor calado y repercusión que un tipo de metodología concreta. Llevaba implícita una posibilidad siempre mayor de herramientas para el estudio, en '" Cf Heinrich VON HURTER, Nomenclator literarius Theologiae catholicae theologos exbibens aetate natione, disciplinis distinctos, t. rv, Oeniponte, 1926 (4.3 ed.), n. 412; Isaac VÁZQUEZJANEIRO, «Repertorio ele franciscanos españoles en teología durante la Edad Media", Repertorio de Historia de las Ciencias Eclesiásticas de Espal'ía, 3 0971), pp. 235-320. 29 Acerca del Estudio General ele los Menores, cf Manuel DE CASTHO Y CASTRO, San Francisco de Salamanca y su Studium Genera/e, Santiago, Liceo Franciscano, 1998; Isaac VÁZQUEZ ]ANEmo, "El con– vento y Estudio ele San Francisco", en Luis E. RODRÍGUEZ-SAN PEDRO (coorcl.), Historia de la Uniue1:>i– dad de Salamanca. 1. Trayectoria histórica e Instituciones vinculadas, Salamanca, Ediciones Universidad ele Salamanca, 2002, pp. 613-633.
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