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Guillermo de Saint-Thierry lo expresaba de manera singular, precisa- mente haciendo referencia al método de la Lectio Divina : «Difiere totalmente de una breve hospitalidad, así la lectio divina habitual se diferencia de la ocasional. La regularidad y la perseverancia en ella constituyen un presupuesto indispensable para su eficacia. En todo caso, la lectio debe alternar con la oratio» 14 . Precisamente para lograr ese diálogo con la palabra, propongo acercar- nos a la Lectio Divina acompañados de la vivencia mística de san Juan de la Cruz, en los versos de su Noche oscura , que manifiestan también su experien- cia concreta de encuentro y afianzamiento en Dios, permitiéndonos vislumbrar actitudes y medios adecuados a tal fin. Utilizaremos los versos de manera que nos vayan adentrando en la experiencia de encuentro con Dios a través de su Palabra, quizás forzando un poco el sentido de los mismos, pero también abriéndolos a un diálogo con nuestra propia experiencia creyente, para que ésta pueda contar con las herramientas y actitudes necesarias para ponerse en camino hacia ese encuentro imprescindible con la Palabra de vida. Para lograr eso que Guillermo de Saint-Thierry presentaba de una manera tan sagaz: la alternancia entre lectura y oración. 2. «S ALÍ SIN SER NOTADA ESTANDO YA MI CASA SOSEGADA » 15 Partimos con estos conocidos versos, en los que se describe muy bien ese primer paso necesario para lograr ver a Dios por medio de la Escritura. El cre- yente tiene la necesidad de hacer silencio, de buscar el espacio adecuado, de prepararse en la manera más apropiada para entrar en la experiencia de Dios. Quizás ésta sea una de las dificultades más grandes en nuestro presente… la capacidad para escuchar, para hacer silencio, para abandonar todas esas cosas de las que está cotidianamente acompañada nuestra vida y que, desgraciada- mente, van ocupando cada vez más espacio, dando la sensación o la aparien- cia de que son esenciales en nuestro propio desarrollo diario. Por tanto, se impone un esfuerzo personal para reubicar las cosas en su justa medida. 179 14 Cf. Guillermo de Saint-Thierry, Lettre aux frères du Mont-Dieu , III, 2, 120-123 (SC 223, 239-241). 15 San Juan de la Cruz, “Noche Oscura, canción 1ª”, en Obras Completas , Burgos, Editorial Monte Carmelo, 2003, 8 ed., 539.

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