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la misma parte hacían las razones siguientes. — Y son que con los exemplares que han remitido a Yungas, han estado estudiando el punto, y baxo del principio general de que las excomuniones no ligan, aunque hayan precedido moniciones, interpuesta que sea la apelación y durante el recurso. Se hallan en disposición de apelar inmediatamente al señor metropolitano, y si no se los concede, interponen el recurso de fuerza. Con los desacatos que acostumbran y las amenasas que hoy se usan. Por lo que he comprehendido que todo se ha de reducir a hollar las censuras y presentar papeles desatentos e infa[ma] (f. 21v) torios. — Tampoco V. Señoría Ilustrísima tuvo presente, quando me remitió los exemplares, la Acta y Oficio suplicatorio que le dirigieron pidiendo perdón de sus descaminos, y discu- rro que la innata bondad de V. Señoría Ilustrísima, si los hubiese tenido a la vista, podría haber demorado la publicación de la excomunión. — Me tomo la satisfac- ción, por lo que me intereso en el sosiego de V. Señoría Ilustrísima transcribirle el canon treinta y uno del Concilio toledano quarto, celebrado el año de seiscien- tos treinta y tres que dice así: [«]Se prohíbe a los obispos tomar conocimiento en las causas de los vasallos acusados de lesa Magestad, no siendo después de haber- les prometido con juramento, que se usará con ellos de indulgencia, y no habien- do peligro de efución de sangre. De lo contrario pierdan su grado[»]. Yo vi que el señor Arzobispo finado San Alberto hizo junta de canonistas y teólogos para la causa de un sugeto que asesinó a cierto sacerdote, y salió de ella que no proce- diese a fixarlo por excomulgado, hasta que se sentenciase la causa por la Real Audiencia, como se executó. — Entre estos conflictos, traté anoche el asunto con el Doctor Don Jorge Vidaurre, y resolvimos se consultase a V. Señoría Ilustrísima, para que ordene lo que fuese de su superior agrado, hallándome pronto a poner en execución, quanto V. Señoría Ilustrísima se sirviese mandarme, aunque estoy palpando los peligros, y sólo Dios me saca con libertad de los inesperados lan- ces. — Los curas Doctor Barra y Gemio pretenden coadjutores para irse lexos. ¡Ojalá se fueran! Pero obsta la excomunión para que puedan partirse sin tropiezo. — Deseo a V. Señoría Ilustrísima la más perfecta salud y completas satisfacciones, como se lo pide incesantemente a Dios nuestro Señor que le guarde muchos años. Paz, siete de octubre de ochocientos nueve — llustrísimo señor. — Besa la santa mano de V. Señoría Ilustrísima su más rendido capellán y servidor — Guillermo Zárate — Ilustrísimo Señor Doctor Don Remigio de la Santa y Ortega Doc 5 Recurso del Obispo de La Paz al Presidente de la Audiencia de la Plata AGI, Audiencia de Cuzco , Leg. 66, f. 1r-28v. Copia 162 . 170 Miguel Anxo Pena González 162 El presente documento lleva escrito en lápiz el n. 33 de la catalogación interna del archi- vo. Hay que decir que todas las notas son del Recurso. Se trata de una copia del original, levanta- da por un amanuense, lo que se deja notar en las notas, donde el latín es realmente defectuoso. Este documento es fundamental para la comprensión del problema de las excomuniones de los insurgentes de La Paz y la situación concreta del obispo La Santa. Respetamos la transcripción total- mente.
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