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Orrantia, Don Melchor Ximénes, entendido con el apodo de Pichitanca, Doctor Don Joaquín de la Riva, alzados a xefes de la artillería y compañía levantada por sí — Don Pedro Cosío, comerciante alzado a administrador de la respetable renta de Correos, a su hijo, (f. 23v) entendido con el apodo de Masamorra — Don Buenaventura Bueno — Don Juan Basilio Catacora, Don Sebastián Aparicio, Don Julián Gálvez — Los presbíteros, Don Andrés del Castillo, exfrayle dominico, Rector del Colegio Seminario, Doctor Don Melchor León de la Barra, cura de Caquiaviri y Vicario del Partido de Pacages. Don José Antonio Medina, cura inte- rino de Sicasica; Don José Mercado, presbítero del Arzobispado de La Plata; Don José María Monje, que ocupa el servicio de capellán de las tropas de caballería; Don Sebastián Buitrón y Figueroa, entendido con el apodo de Casarasiri — Don Romualdo Gemio, cura de la doctrina de Chanca; Don Gregorio Pradel — Don Rudesindo Aragón y, finalmente, Don Juan Basilio Catacora, Don Gregorio Lanza y Don Victorio Lanza, regidor. — Los escribanos Juan Manuel de Cáseres y Mariano del Prado, con los intrusos subdelegados Don Manuel Ortiz, en el parti- do de Yungas. Don Francisco Maruri en el de Larecaxa. Don José Hermenegildo Peña, en el de Sicasica. Don Gavino Estrada, en el de Pacages. Don Manuel Buire, en el de Omasuyo, y a todos los demás (que no podemos declararlos nominatim, pero lo haremos quando tengamos convincentes pruebas), que desde el principio de la conmoción, o en su intermedio, han cooperado el alzamiento. Declarándoles como los declaramos malditos del Eterno Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, como los declaran dichos sagrados concilios de Toledo, en la excomunión lata y anatema que fulminan. Y baxo la misma Excomunión Mayor, mandamos a todos los fieles cristianos, les nieguen todo auxilio, favor y ayuda. Que no les comuni- quen, ni traten aun en lo civil y político, negándoles el habla enteramente. Y no obedeciendo este nuestro mandato, pasaremos a declarar el entredicho y cesación a divinis , hasta conseguir total quietud, fidelidad y vasallage a nuestro Soberano. Dado en el pueblo de Irupana, a los veinte y siete días del mes de septiembre de mil ochocientos nueve — Remigio, obispo de La Paz — Por mandado de su señoría ilustrísima, el obispo mi señor — Doctor Francisco Antonio de Isaura, secretario Doc. 3 El Obispo de La Paz al Cabildo, Justicia y Regimiento de dicha ciudad AGI, Audiencia de Cuzco , Leg. 66, f. 16r-v. Copia de manifiesto Irupana, 28 de septiembre de 1809 Nos, el Doctor Don Remigio de La Santa y Ortega, por la gracia de Dios y de la Santa Cede Apostólica, Obispo de esta diócesis de nuestra Señora de la Paz. Teniente vicario general de los Reales Exércitos de mar y tierra, por el Excelentísimo e Ilustrísimo señor Don Pedro de Silva, Patriarca de las Indias, del Consejo de su Magestad, et cetera — Por quanto el muy ilustre Cavildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de la Paz, gobernador de toda la Provincia, se ha servi- do embiar con todo el lleno de sus facultades a este Partido, al señor Don Mariano de Urdininea, regidor alguacil mayor de aquel respetable cuerpo, con el (f. 17r) Conflictos en las independencias hispanoamericanas… 167

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