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La segunda sentencia fue firmada un mes más tarde, el 28 de febre- ro, todas haciendo relación a penas menores que la primera. En ella se cuenta con un número nada desdeñable de clérigos, entre los que la gran mayoría se encuentran apresados en San Francisco, mientras que alguno, consta que está ausente. Se condena a diez años de presidio en las Islas Filipinas a «los presbíteros Dr. D. José Manuel Aliaga, cura de Guarina, Dr. D. Manuel Mercado, D. Sebastián Figueroa, ausentes, y D. Francisco Xavier Rurri Patiño, presente» 96 . También en dichas islas, pero a ocho años de presidio al Dr. D. Melchor León de la Barra, cura de Caquiaviri 97 . Y, por último, «a los presbíteros D. Andrés José del Castillo y D. Bernabé Ortiz de Palza, al primero a la Recoleta de Buenos Aires, por ocho años, y al segundo a la de Arequipa por tres, para que aprendan la Doctrina Cristiana y se instruyan en sus demás saberes» 98 . Un último detalle nos llama aquí la atención. Se trata de la actitud de los conventos de regulares de la Paz, de los que se sabe, al menos para el caso del de San Francisco, La Merced y La Concepción donde los insur- gentes habían depositado grandes cantidades de moneda 99 . Es evidente que éstos tendrían cierta vinculación con los insurgentes, pero en los que no podemos ver una postura uniforme, sino que parece que, como ha ocurrido con otros grupos, éstos se van acomodando según van desarro- llándose los acontecimientos. El día 25 de octubre el comendador de los mercedarios de la Paz escribía al Virrey del Río de la Plata, dando gracias por la liberación, considerando que, «ya todos éramos despojos de la muer- te, sin excepción de condición, sexo y estado. Ya los excesos havían lle- gado al último extremo» 100 . El detalle es interesante, pues muestra cómo Conflictos en las independencias hispanoamericanas… 147 recuperada la cabeza de Murillo, poco después de haber sido colocada en el Alto de La Paz, por el religioso Juan de Dios Delgado, quien la trasladó ocultamente para enterrarla debajo del altar de San Antonio, en la iglesia conventual; al practicarse una excavaciónon en dicho lugar, fue hallada la cabeza del caudillo, lo que indujo al prior del convento a solicitar la traslación de las urnas de la catedral a ese lugar, cosa que se efectuó tan sólo en octubre de 1969 cuando ya se había con- cluido el trabajo de una cripta abierta bajo el altar mayor. Este sitio se ha convertido en un verda- dero santuario patriótico, donde reposan los restos de varios de los protomártires de la revolución de 1809. Anualmente, el 16 de julio, se efectúan actos solemnes en su honor, con participación de las autoridades, de fuerzas militares y del pueblo de La Paz». J. Siles Salinas, La independencia de Bolivia … , 195. 96 Sentencia del brigadier Goyeneche, Presidente Interino de la Real Audiencia del Cuzco y Comisionado por el Excmo. Sr. Virrey de estas Provincias, para el conocimiento de las causas de estado. La Paz, 28 de febrero de 1810, in: Documentos para la historia de la revolución de 1809, t. I, CCLXIX. 97 Cf. Ibid. 98 Ibid., CCLXX . 99 M. M. Pinto, La Revolución de la Intendencia de La Paz en el Virreinato del Río de la Plata con la ocurrencia de Chuquisaca (1800-1810), in: Ibid., 194. 100 El Comendador de la Merced de La Paz al Virrey del Río de la Plata. La Paz, 26[?] de octubre de 1809, in: BN, Mss. 13.150 , f. 58r. Original.
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