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cómo se han ido llevando a término las excomuniones de los días ante- riores. Así, Zárate, teniendo conocimiento del ambiente hostil que se vivía en aquel momento, consideró oportuno custodiar «con mucho cuidado los ejemplares, y suspendí su publicación, temiendo se despachasen, hasta ver en qué paraban las cosas» 79 . El detalle nos confirma en el hecho de que, para este día, todavía no habían sido promulgadas las excomuniones en La Paz. Más adelante, el Provisor sigue narrando el desarrollo de los hechos y todavía duda que sea oportuno la publicación de las mismas: «He hecho esta causada relación a V. S. I. para que, contrapesando su prespicacia el estado crítico del tiempo, las muchas opiniones de los mal contentos y las chispas que todavía causan algunos incendios, determine si será conveniente sacar a luz a las excomuniones» 80 . Desde Cochabamba, La Santa escribe un amplio oficio al Cabildo, Justicia y Regimiento de La Paz, en el que pretende responder a su inca- pacidad para volver a la ciudad, tal y como se lo habían solicitado cuan- do se encontraba en Irupana el 30 de septiembre. La razón la encuentra en el hecho de que será visto en «ropage de lobo, con que los malévolos me han cubierto», por lo que sería necesario, antes de su regreso, que fuera oportunamente limpiada su imagen, para poder adecuadamente fun- gir como pastor de aquella diócesis. Por lo mismo considera: «Por tanto, vuelvo a repetir que no hago falta alguna, porque querrá Dios nuestro Señor, que la suprema Junta Central admita muy en breve mi renuncia, y logre de Su Santidad disuelva el espiritual vínculo que me liga, nombrando otro sucesor que govierne esta Iglesia con la sabiduría, zelo y prudencia que a mi me han faltado» 81 . Posteriormente, La Santa se trasladó a Potosí, donde recibió el reque- rimiento del Virrey para que regresara a La Paz. Pero, antes de ello, se propuso proseguir su exilio trasladándose a La Plata, desde donde hacer presente al presidente de la Audiencia, D. Vicente Nieto, el recurso jurídi- co en el que describía su actuación en los hechos acaecidos desde el 16 de julio. El 2 de diciembre, le escribe desde La Paz, Juan Ramírez, a quien había encargado el Virrey el mando interino de aquella Provincia y solici- taba «se resuelva V. Señoría Ilustrísima a restituirse al çeno de su amada Conflictos en las independencias hispanoamericanas… 141 79 Apéndice , doc. 4. 80 Ibid. 81 El Obispo de La Paz, al Cabildo, Justicia y Regimiento de aquella ciudad. Cochabamba, 24 de noviembre de 1809, in: Expediente del Obispo de la Paz , f. 50v-51r.

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