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llos, entre los que también se encontraba él mismo. Este detalle no ha de pasar por alto, ya que en la organización social hispánica, especialmente en la americana, donde los derechos y las tradiciones eran algo inamovi- ble, desde la llegada de los Borbones y, con el abierto regalismo, se habí- an visto fuertemente socavados los derechos de los criollos, que se habían visto repetida y progresivamente desplazados e, incluso, aplastados. Los insurgentes lo acusaban de confabulación para nombrar como soberana de aquellas tierras a la princesa Carlota, conjuntamente con el obispo Moxó y Francolí, el Presidente de la Audiencia de Charcas, García Pizarro, y el intendente general, Francisco de Paula Sanz, de tal manera que exponían unas motivaciones válidas y oportunas para poder proceder hipotéticamente contra alguien que se mostraba como un renegado. Se tra- taba, en la visión de aquellos que defendían los intereses en el marco geo- gráfico concreto, de un traidor y conspirador contra los intereses del rey Fernando VII. Como hemos visto ya a lo largo de las páginas anteriores, esa seguirá siendo la justificación, en todo momento, y de la que toma- mos uno de los múltiples ejemplos posibles: «Es público y notorio que el Alcalde de primer voto, es un traidor al Rey, y a la Patria, que tiene correspondencia secreta que, este mismo con algunos individuos del Cabildo, han hecho venir tropas del Cuzco, Arequi- pa y Puno, para que tomen Copacavana, y entregar este pueblo a la Car- lota, contra los derechos de nuestro suspirado Rey, el señor D. Fernando Séptimo. También es público y notorio que de acuerdo con D. Santiago Liniers, Virrey que fue de Buenos Ayres, el Presidente de Charcas, Pizarro, Paula Sanz, el señor Obispo de esta ciudad y su intendente Dr. D. Tadeo Dávila y el señor Goyeneche, hicieron circular en toda esta ciudad los manifiestos y papeles de la Carlota, princesa de Brasil, en los que se decía que era nula la renuncia que hizo el señor D. Carlos Quarto a favor de nuestro adorado monarca el señor D. Fernando Séptimo. Y con todo esto, todos esos señores, así el señor obispo e intendente de esta ciudad, los hicieron circular contra el juramento que habíamos hecho al señor D. Fer- nando Séptimo, reconociéndolo por nuestro rey y señor natural, manifes- tando con estos actos su traición al Soberano. […] que así mismo, le consta a todo este pueblo, y es público y notorio, que el señor obispo dixo muchas ocaçiones, que había de ir ahorcar, y les había de tirar de las pier- nas a todos los oydores de la ciudad de La Plata, porque prendieron a Pizarro, y se habían opuesto a los proyectos criminales y ambiciosos de la Carlota» 54 . 134 Miguel Anxo Pena González 54 La Junta Tuitiva a la ciudad de La Paz, in: AGI, Audiencia de Cuzco , Leg. 66, f. 8v. Se trata de todo el expediente presentado por el Obispo de La Paz, donde se encuentra copia de la documentación más importante. El documento, ocupa 60 folios en recto y vuelto con una letra bas- tante pequeña. Se encuentra, conjuntamente con otra documentación, en una subcarpeta, que apa-
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