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pugna por alcanzar el poder. Por otra parte, la unidad italiana parecía seguir estando fuertemente vinculada a los conflictos bélicos. En 1940 se firma el pacto tripartito entre Alemania, Italia y Japón, con la intención de promover un nuevo orden en Europa, Asia oriental, al tiempo que lograr una protección y ayuda mutua. De manera concreta, desde Cavour hasta Mussolini, Italia se había visto envuelta en ocho guerras. Con esta realidad era difícil que un estado pudiera despegar y desarrollarse de manera coherente y armónica 5 . Con mano dura, el fascismo logrará también un desarrollo industrial y social que se expresa en el aumento de producción y la organización de una nutrida red de comunicación. De manera solapada en un principio y luego más visible, se suspenden algunos intercambios económicos internacionales. De igual manera se restringen las libertades de expresión y movimiento de los tra- bajadores. Al mismo tiempo, logran resolver los conflictos con la Santa Sede, llegando a un acuerdo formalmente razonable. De igual manera, en la bús- queda y defensa de intereses comunes, se irá produciendo un acercamiento a la Alemania de Hitler. En el Mediterráneo el peso de las operaciones bélicas recae sobre la marina italiana, que carece de una adecuada preparación táctica y capacidad de estrategia, por lo que se limitará casi exclusivamente a proteger las rutas de aprovisionamiento entre Sicilia y Libia, o a interceptar convoyes británicos que partían de Gibraltar. La contienda italiana tendrá dos escenarios particulares: Roma y Sicilia. Entre el 1 y el 9 de julio de 1943 se desarrollan sin tregua constante bombardeos en importantes centros neurálgicos sicilianos 6 . Con todo, los aliados tienen el necesario cuidado para dejar algunas vías para su inmediata penetración en la isla. La situación de los bombardeos crea para la sociedad una situación grave, crítica y muy inquietante respecto a su futuro. Los fundamentales núcleos de pro- ducción habían quedado destrozados. Así ocurre con Palermo, principal nudo industrial de la isla, en donde el fascismo había construido astilleros y una fábrica de aviones que, lógicamente, serán de los primeros blancos en ser derribados. La situación de precariedad se hacía más complicada por tratarse de una ciudad que 30 XX , Madrid, BAC, 2003; A. de Benoist, Comunismo y nazismo: 25 reflexiones sobre el totalitarismo en el siglo XX (1917-1989) , Barcelona, Altera, 2005. 5 Cf. F. Fonzi, I Cattolici e la società italiana dopo l’unità , Roma, Studium, 1977; G. Carocci, Storia del fascismo , Roma, Newton Compton, 1994; Id., Destra e sinistra nella storia d’Italia , Bari, Laterza, 2004. 6 Cf. M. Aymard – G. Giarrizzo (cur.), Storia d’Italia. Le Regioni dall’Unità ad oggi: la Sicilia , Torino, Einaudi, 1987.