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Miguel Anxo Peña González por su participación en la Independencia de México. 56 Como antecedente directo se encuentra la labor emprendida por los jesuitas, a finales del siglo XVIII, que habían encabezado un sistema renovador de la escolástica académica, donde entraba la caridad social, como elemento de análisis. Podemos entender que dicha sensibilidad social estaba vinculada al pensamiento clásico hispánico, que tenía de esta manera una proyección como recuperación del humanismo que, al mismo tiempo, suponía un fuerte acercamiento a la sensibilidad ilustrada. 57 Este movimiento, entre cuyos integrantes se encontraban Francisco Xavier Alegre y José Pérez Calama, ha sido calificado como una lectura ilustrada de la caridad cristiana. 58 Lo cierto es que trató de encarnar la fe a partir de las necesidades sociales, lo que sería un gran acierto y una linea abierta para las generaciones futuras. Por otra parte, no se puede olvidar que éste utilizó los escritos de Francisco Suárez, en los que claramente encontró argumentación para devolver al pueblo la soberanía. 59 De este parecer, es también Villoro quien afirma: Estas ideas están presentes en Francisco Xavier Alegre; eri su Institutionum Theoiogicarum (1789) sostenía que el origen próximo de la autoridad estaba en el 'consentimiento de la comunidad' y su fundamento en el derecho de gentes; la soberanía del rey es sólo mediata, y descansa en la voz común. El lenguaje que emplearán los primero teóricos de la Independencia recuerda tan claramente esta corriente [la Escuela de Salamanca] que no podemos menos de ver en ella su fuente más importante. 60 Miguel Hidalgo, en su Disertación sobre el verdadero método de estudiar teología escolástica, aunque se muestra afín a la teología oficialista, deja entrever una relación con una teología de corte más humanista-literario, que justificaría su evolución ideológica desde una concepción de claro regalismo hasta impulsar la Independencia. En este sentido, Hidalgo consideró la libertad como un valor fundamental del hombre y, por lo mismo, buscó la manera más adecuada de demostrarla socialmente, encontrando la razón 56 En relación al papel de la Iglesia en la independencia de México, cfr. M.E . García Ugarte, "La jerarquía católica y el movimiento independentista en México", pp. 245-270. 57 Acerca de este tema, cfr. F. López Cámara, La génesis de la conciencia liberal en México; L. Villoro, Elproceso ideológico de la revolución de independencia; B. Nava"º' Cultura mexicana moderna en el siglo XVIII; Ma. C. Rovira Gaspar, "Teología positiva: su introducción en la Nueva España y proyección política", pp. 97-107. 58 Cfr. P. Gonzalbo Aizpuru, La educación popular de Josjesuitas. 59 Cfr. J. Lynch, ''La Iglesia y la independencia hispanoamericana", pp. 818-822; M.L. Pérez Marchand, Dos etapas ideológicas del siglo XVIII..., pp. 122-124. 60 L. Villoro, "Las corrientes ideológicas de la Independencia'', p. 171. 58

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