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Fray Alonso de la Veracruz: un antecedente de la independencia americana Si la Carta resulta especialmente sugerente, no lo es menos el dictamen de la Inquisición Mexicana (11 de septiembre de 1810). Ahí aparecen con claridad algunos detalles c¡ue antes hemos referido. El primero de ellos es la dependencia jesuítica, que los calificadores encargados de la censura expresaron en los siguientes términos: "Apenas sería creíble, si no lo palpásemos, el que después de tantos años de la expulsión de jesuitas, dure aún tanto la memoria de éstos, y que México se halle tan infamado en esta materia que no duda creer originarse los males actuales de la Europa por castigos de aquella expatriación... es sobradamente cierto el fanatismo de muchos mexicanos en punto de jesuitas; de continuo se les tributan alabanzas públicas, y esto a ciencia y paciencia de gobierno, como si no estuviese prohibido". 53 No deja de ser llamativo que los calificadores sean dos dominicos que habían vuelto a ocupar cierta preponderancia política con el extrañamiento jesuítico. Como es lógico, hicieron un ataque furibundo a las ideas ilustradas, así como a los autores más significativos, pero, al mismo tiempo, siguieron considerando como obra espuria de Bartolomé de las Casas, su Brevísima relación de la destrucción de las Indias. No cabe duda de que dicho texto no correspondía con los intereses regalistas defendidos por los dominicos de aquel momento. Para ellos, las opiniones de personajes de Solórzano Pereira o Francisco de Vitoria prueban como todo lo afirmado por Viscardo es fraudulento. Y, por si quedara alguna duda, se vuelve a atacar el probabilismo, que ellos consideran "tiene un grande imperio en los discípulos de los jesuitas". 54 Con estas motivaciones, lógicamente, la Carta, a tenor de los dos dominicos era prohibida in totum. 55 Por otro lado, los nombres de los sacerdotes Miguel Hidalgo y José María Morelos fueron los más significativos, tanto en el campo teológico como en el político, especialmente 53 "La Inquisición mexicana condena la carta de Viscardo y Guzmán en 181O", enJ.P. Viscardo y Guzmán, Carta dirigida a los españoles americanospor uno de sus compatriotas, Apéndice II, p. 11 O. Acerca de este particular, afirmaba hace algunos años Miquel Batllori: "¿Y la expulsión de los jesuitas? Fue un preludio de la abolición de la Inquisición, que ponía freno a la libertad de pensamiento, condición indispensable para una verdadera emancipación; o bien: tan populares eran los jesuitas en América, como misioneros y como educadores, que tal acto de violencia contra ellos distanció cada vez más a los indígenas y a los criollos de las autoridades que representaban a un rey tan tiráníco e inhumano; o, finalmente: la disC:iplina que los jesuitas imponían en sus misiones y en sus colegios era un vínculo que estrechaba las relaciones con la autoridad como tal, por eso su expulsión relajó esos lazos y dio paso a la rebelión y a la indenpendencia". M. Batllori, El abate Viscardo, p. 138. 54 Ibidem, p. 113. 55 Cfr. Ibidem, p. 114. 57
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