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Fray Alonso de la Veracruz: un antecedente de la independencia americana Así, después de tres siglos de dominio hispánico, se comienza a hablar de época colonial. 33 Era un claro anuncio de una nueva comprensión, puesto que desde España no se utilizaba dicha terminología. Como prueba evidente de esta comprensión se encontraban, por ejemplo, las recopilaciones de Las L~es de Indias. 34 Frarn;ois-Xavier Guerra afirmaba que: El discurso legitimador podía adoptar el lenguaje de la neoescolástica española, el del derecho natural o el de la revolucionaria soberanía del pueblo, pero todos remitían más profundamente al imaginario y a las prácticas 'pactistas' que regían las relaciones entre el rey y sus vasallos, ya fuesen individuos o cuerpos. 35 Este tipo de lecturas independentistas buscarán, además, los autores más adecuados, con los cuales poder afianzar aquello que se estaba promoviendo. Así, en estos años se comienza a desarrollar la lectura de las obras e ideas de Bartolomé de las Casas. Éste, al poner de manifiesto los abusos, aunque fuera de manera exagerada, se convertía en un elemento de apoyo más para los secesionistas. La cuestión no era, una vez más, si lo dicho era veraz, sino que fuera adecuado y oportuno para los intereses que se querían promover. En esta lectura, había una presencia significativa del pensamiento elaborado en el alma máter salmantina a lo largo de aquellas décadas del siglo XVI. En la misma línea, Menéndez Pidal comenta cómo los grandes activistas recordaban a Bartolomé de las Casas insistentemente; es el ca,so de Francisco de Miranda y Simón Bolívar en Venezuela, y Servando Teresa de Mier Noriega en México. 36 El populismo de los políticos se refleja en los discursos pronunciados en los Congresos, así como en las fórmulas de los artículos de las Constituciones o en sus cartas e instrucciones al pueblo. Ejemplo de ello fue Simón Bolívar, quien se expresa en la Constitución boliviana con gran similitud al ideal político de Suárez. 33 En este sentido, no es que desconozcamos la historiografía que prefiere hablar de colonialismo español, sino que no estamos muy de acuerdo con las mismas, pues consideramos que es un término totalmente dependiente de la leyenda negra, y con connotaciones eminentemente económicas. Acerca de este tema, puede resultar interesante la síntesis de R. Dobado González, '~gunas consideraciones sobre el colonialismo español en América...", pp. 21-47. 34 El historiador argentino R. Levene afirma que el libro VI de la Recopilación de las mismas es una gloria jurídica de España, pues, al proclamar la igualdad de razas entre españoles e indígenas, estableció una innovación radical, que sólo tres siglos más tarde hallaría una aceptación en las leyes de los demás países civilizados. Cfr. J.M. Font, ''Derecho", p. 353. 35 F.-X. Guerra, ''La ruptura originaria: mutaciones, debates y mitos de la Independencia", p. 95. 36 R. Menéndez Pidal, El Padre Las Casas. Su doble personalidad, pp. 368-378. 51
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