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LEÓN XIII. ABANDERADO DE LA LIBERTAD 105 actitud de tolerancia por parte de la Iglesia, entiende que ha de ser también correspondida por aquellos que se la niegan constantemente y de muy diversas formas. La consecuencia práctica de todo lo expuesto supone que la mayor perver sión de la libertad consiste en rechazar la autoridad de Dios y desligarse de su obediencia: “es totalmente inconcebible una libertad humana que no esté sumi sa a Dios y sujeta a su voluntad. Negar a Dios este dominio supremo o negarse a aceptarlo no es libertad, sino abuso de la libertad y rebelión contra Dios”66. Al mismo tiempo, ante la realidad histórica que acompaña a su pontificado, León XIII se sigue resistiendo a la separación radical entre Iglesia y Estado, viendo que ésta puede perder gran significatividad en un mundo convulsionado por cambios sociales y políticos constantes. En su afán por mantener un lugar de preponderancia socio-política afirma rá ya rotundamente, lo que ha venido proponiendo por parcelas: la ilicitud de las nuevas libertades a ser impuestas socialmente, ya que “una libertad no debe ser considerada legítima más que cuando supone un aumento en la posibilidad para vivir según la virtud”67. 4. CONcLusIÓN Sin lugar a dudas podemos afirmar que el papa León XIII, en los albores del siglo XX, se convierte en un referente y baluarte indiscutible de la libertad, o más exactamente de las libertades humanas y sociales, intentando acotar y pre cisar los logros sociales que se van consiguiendo, de tal manera que no desvir túen los valores más auténticos y profundos que el hombre ha ido configurando con el paso de los siglos. El primer elemento a destacar es su sensible interés hacia las posturas de opresión, no deteniéndose únicamente en su condena, sino mostrando una gran capacidad de encuentro con los acontecimientos de la vida, así nos muestra la alegría y placer que le producen esos cambios, como sucede de manera particu lar en el caso del Brasil. No se trata únicamente de una postura unidireccional, más bien es una actitud compensada entre la referencia a los elementos espiri tuales que él tiene presentes y la referencia sociológica de un mundo en cambio, donde los valores y derechos humanos van logrando una importancia cada vez mayor. Su talante y actitud singular, movida también por la realidad de un 66 “Proinde libertatem hominis, nisi obnoxiam Deo eiusque voluntati subiectam, intelligi minime posse. Quem quidem in Deo principatum aut esse negarem, aut ferre nolle, non liben hominis est, sed abu tentis ad perduellionem libentate”: Ibidem, 611. 67 “Omnis enim libertas legitima putanda, quatenus rerum honestarum maiorem facultatem afferat”: Ibidem, 612.

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