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de la rete mirabile (cf. De usu partium L. VII, c.8; L. IX, c.4). El pneûma psychikón es una exhalación de la sangre purificada, es decir, sangre doblemente purificada (Cf. De usu partium L. VI, c.17), ya que de otro modo no puede alimentar a las funciones psíquicas animales o superiores. Uno de los libros más importantes de toda la copiosa produc- ción de Galeno, el titulado De placitis Hippocratis et Platonis , tiene como objetivo principal el demostrar con todo tipo de argumentos que la parte hegemónica del alma asienta en el cerebro, tal como afirmaron Platón e Hipócrates. He aquí un texto altamente significa- tivo: «Gobiernan el animal, como se demostraba en los libros sobre las opiniones de Hipócrates y Platón, tres facultades distintas entre sí, como distribuidas cada una desde su propia fuente por todo el cuerpo. A ellas las llama Platón almas, cuando discurre la naturale- za propia de cada una. Una de ellas es la necesaria para alimentar el animal y es común también a las plantas, tiene como fuente el hígado y como canales desde ella dispersos por todo el cuerpo, las venas; que se la llame apetitiva o natural o nutriente no tiene impor- tancia, así como tampoco que se la denomine `alma´ o `facultad´. La segunda no sólo nos es propia en cuanto vegetales o seres vivos, sino también en cuanto animales: tiene su asiento en el corazón y es también ella una fuente de calor ingénito; canales de esa fuente son las arterias, y se la llama también con muchos nombres, pues se la denomina facultad vital, facultad anímica, alma vital y alma aní- mica. La tercera alma, la racional, está asentada en el cerebro, diri- ge los actos de la voluntad al mismo tiempo que las sensaciones y utiliza también ella unos miembros como canales, los nervios, enviando a través de ellos la sensación y el movimiento a todo el animal». ( De methodo medendi IX 10). Según esto, en el hombre hay tres espíritus distintos, el pneû- ma physikón o spiritus naturalis , con sede en el hígado, el pneûma zotikón o spiritus vitalis , con sede en el corazón, y el pneûma psychikón o spiritus animalis , con sede en el cerebro. Es importan- te no perder de vista estas denominaciones griegas y latinas, porque de este modo pueden evitarse muchos errores. De hecho, en la Edad Media árabe y latina se mezcló con frecuencia el espíritu «animal» con el «vital», al confundir el adjetivo griego zotikós (vital) con zoi- kós (relativo a los animales). Si a esto se añade que el propio Galeno LAS RAZONES DEL CORAZÓN 37

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