BCCAP000000000000110ELEC

222 ENTRE TODOS, JUAN DE ÁVILA dad, que en su caso se concreta en el marco andaluz, ha de estar sus– tentada y alimentada por medio de la predicación y la catequesis, he– rramientas que estaban al alcance de todos los clérigos, seculares y regulares, de aquel momento, pero que pocos sabrán utilizar con una adecuada conjunción de sencillez y destreza. Incluso, para que así fuera, se ocupará de convertir y configurar la Universidad de Baeza, haciendo de la misma un centro de formación del clero, en el que, a la vez que el aspecto científico, los futuros sacerdotes fueran dotados también de una adecuada impedimenta para la acción pas– toral. Así, el Maestro Ávila será, ante todo y sobre todo, un evangeliza– dor, un pastor, una nueva expresión de la figura apostólica paulina, que se entrega sin descanso a la tarea de anunciar al Señor. Alguien capaz de convertir y transformar su entorno, por medio de la cohe– rencia entre sus palabras y el propio ejemplo de vida, que se expresa por medio de un magisterio sencillo y profundo, que tiene el acierto de acercar al pueblo a la experiencia sorprendente de vivir en clave de fe, que se expresará por medio de una oración viva y constante. Curiosamente, el magisterio del Maestro Ávila, que se forma en los entornos académicos más importantes del reino de Castilla, no se ordena u orienta a la docencia en la Universidad, sino que tras– ciende ese espacio predicando de pueblo en pueblo, llevando la ver– dad del Evangelio, desde una postura abiertamente humanista, con la lucidez peculiar que se deriva de las aportaciones del Renacimien– to y que, de manera especiai, se concreta en ia comprensión ciel púl– pito como cátedra para el pueblo. Pero, además, esto lo realiza en entornos pastoralmente difíciles como lo eran aquellos territorios de misión del sur de la Península Ibérica, que se convertirán en sus Indias personales, cuando su sueño de pasar allende los mares no se pueda hacer realidad. Su predicación, al mismo tiempo, estará sustentada en una ade– cuada y amplia formación académica, por lo que en ningún momen– to adolecerá de nominalismo, sino que en todo momento su magis– terio trasparentará una profunda y sincera humildad que el pueblo será capaz de captar, no solo por medio de su predicación constan– te, sino también desde la asunción de un método de oración, válido

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz