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89 la divina tradición confiada a la Iglesia infalible fue proclamada y sostenida mucho más por los fieles que por el Episcopado” 9 . Esta realidad planteada por ese profundo hombre de Dios que fue Newman se sustenta en el convencimiento eclesial profundo y tradicional de que aunque la definición de la fe haya sido confiada a los sucesores de los apóstoles unidos al sucesor de Pedro, o a Pedro hablando en su nombre, tal como lo encontramos en el desarrollo de los concilios o en los escasos pronunciamientos de los papas, el desarrollo de la revelación, la vivencia de esa fe, siempre animada y nutrida por el Espíritu, ha sido confiada a todos los que han sido bautizados en Cristo. Por lo mismo, todos los fieles, y no sólo los pastores y teólogos tie- nen un papel importante en el desarrollo de la doctrina. Fue ese pueblo el que permaneció fiel en Roma cuando el emperador Constantino hizo prisionero suyo al papa Liberio y, poco antes, también ante Cornelio en contra de Novaciano. Con estos ejemplos se quiere tomar conciencia de que el Verbo de Dios ha bajado a la tierra en forma humana en la persona de Cristo y por medio de la Escritura. Pero el conocimiento de dicha experiencia, ha sido transmitida a los cristianos como un conoci- miento personal. De esta manera, se intuye en el laicado una búsqueda constante de religiosidad, que esté provista de mayor espontaneidad, de mociones específicas del Espíritu, de mayor libertad personal. Una aspiración espontánea a un encuentro con Dios, en el que no sean necesarios tantos intermediarios eclesiales, como deseos y demandas más propias, también de aquellos que no están sujetos y pendientes de una estructura centralizada y omnipresente. No se puede perder de vista, que una espiritualidad laical, provoca entre los clérigos la sensación y el temor de que el profetismo pueda disolver o poner en peligro el principio jerárquico de la institución ecle- siástica. Ha habido un intento por parte de la autoridad, por controlar y dirigir todas las manifestaciones espirituales y religiosas, incluso aquellas que han sido más puntuales de los cristianos, en la búsqueda espontánea de expresiones. Es el eterno conflicto entre carisma e institución. 9 NEWMAN, J. H. Consulta a los fieles en materia doctrinal y otros escritos . Sala- manca: 2001, pp. 24-25, 39-40.

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