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115 6.2. Vírgenes y viudas Es claro que la renuncia del matrimonio abría espacios de emanci- pación desconocidos hasta aquel momento por judíos y paganos. Nova- ciano se preguntará, “ qué otra cosa es la virginidad sino una manifiesta libertad ” 61 . El texto, comprendido en toda su globalidad expresaba un campo de oportunidades y posibilidades al servicio de la comunidad y, particularmente, al servicio del Maestro, del cual se considera que viudas y vírgenes estaban llamadas a servir de manera particular. Precisamente por ello san Cipriano, dirigiéndose concretamente a las vírgenes afirma: “Vosotras no tenéis un marido que haga de propietario: vuestro propie- tario es jefe, en calidad y sustitución del varón, es Cristo” 62 . Entiendo que este texto, leído desde un contexto feminista puede producir cierto rechazo, pero necesariamente hemos de leer los textos desde su propio y peculiar contexto, que es desde donde ofrecerán toda la riqueza que los acompaña. Las vírgenes forman un cuerpo bien determinado, que ocupa el primer lugar después del clero. Las hay que se consagran a Dios con el simple propositum de virginidad, y otras que se consagran por medio de una ceremonia solemne que se parece bastante a la del matrimonio: imposición del velo, tradición del anillo y de una corona, etc. A finales del siglo I se encuentran ya datos de una organización eclesial de la virginidad femenina y masculina. Las vírgenes no entran a formar parte de la jerarquía, pero constituirán una categoría propia de mujeres que desarrollarán libremente un género de vida, que es pro- fundamente estimado en el seno de las diversas comunidades. Cipriano habla de las mismas como “la parte más ilustre de la grey de Cristo” 63 . En sus orígenes su vida se desarrolla en el entorno familiar pero, sucesi- vamente irán derivando, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo III, hacia estructuras comunitarias. Por su parte, las viudas se encontraban más próximas a la jerarquía. Éstas, por dignidad, función y prerrogativas son consideradas en un lugar más significativo, pues se entendía que ellas eran conocedoras de 61 NOVACIANO. De bono pudicitiae , 7,4 (CCSL 4,119). 62 S. CIPRIANO. Liber de habitu virginum , 22 (PL 4,474). 63 Cf. Ibid., 3 (PL 4,455).

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