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107 Menores por Francisco de Asís, en el siglo XIII, será un movimiento de laicos inicialmente, aunque con sentido ortodoxo. En el laicado medieval se constata también, la falta de una élite con un nivel cultural a la altura de las necesidades de la sociedad de su época. Esto condiciona que los clérigos y la iglesia misma asumieran funciones que modernamente corresponden a otras tantas instituciones estatales, tales como la beneficencia, hospitales, educación, etc. La falta de esta élite laica condiciona igualmente la ausencia del laicado en la tarea de la difusión de la fe. La Iglesia supo inspirar a las masas el fervor y el en- tusiasmo religioso, aunque estos elementos no estaban suficientemente respaldados por una adecuada formación religiosa. 5. L os cristianos y las instituciones políticas El campo de las relaciones entre la Iglesia y las instituciones políti- cas, no cabe duda que es el espacio natural de la vida de los laicos y que, por lo mismo estará también presente en la Patrística, con relación al Imperio romano. En el siglo II la Iglesia promueve y busca profundizar en un diálogo con las instituciones políticas, marcando una manifiesta oposición y reserva hacia la divinización del imperio. Serán los grupos más radicales, rigoristas y sectarios los que, al margen de la visión general de la Iglesia promueven la radicalidad de una incapacidad de conciliación entre Cristo y el César. Profesan el ideal de una iglesia pura, sin compromisos políticos y siempre perseguida. Es lo que se pone de manifiesto por medio de las lecturas del inminente adve- nimiento escatológico; así como de la interpretación del martirio y una consecuencia deducible del mismo, que será la necesaria continencia. En esta línea de principios el mismo Tertuliano considerará que los cristia- nos, que han de estar distantes de toda pasión de gloria y reconocimiento público, no tienen necesidad de organización política, ya que la causa pública consideraban que les quedaba muy distante 43 . Frente a esta postura sesgada, los apologistas promueven una coexistencia pacífica, tanto a nivel político como cultural. Justino, diri- 43 Cf. TERTULIANO. Apologeticum , 38,3 (CCSL 1,149).

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