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98 real–, mostrando la unidad existente. Él lo expresará también de manera relevante, poniendo el acento en el compromiso creyente de vida: “Incluso a ti el bautismo te constituye rey, sacerdote y profeta; te hace rey, cuando pisas tus acciones malvadas y cuando matas tus pecados; te hace sacerdote, cuando ofreces tu cuerpo, inmolándote así a ti mismo (…). Finalmente, te hace profeta, cuando te pones a conocer el futuro, recibes la inspiración divina y eres señalado con el sello de Dios” 18 . En cuanto consagrado, el cristiano es también enviado. Como con- secuencia de estos principios fundamentales, se deducen también las funciones particulares que ahora presentamos. Los laicos, pueblo de Dios, participan en el sacrificio de Cristo . Indica las modalidades con las que participan los laicos al sacerdocio de Cristo. En este sentido, el primer modo de participación es por medio de la cruz de Cristo: “ Participamos a sus sufrimientos, al oprobio que él ha soportado ” 19 . El laico realiza su sacerdocio inmolándose a sí mismo, venciendo sus propias pasiones. En él, la dignidad de la víc- tima acompaña al modo de su donación. El laico une la donación de sí mismo al sacrificio de Cristo en la cruz, representado en la eucaristía que Cristo, desde el cielo, continúa ofreciendo en y desde los miembros de su Cuerpo místico. Unidos a Cristo, los laicos, se hacen día tras día más celestes: “Nuestros sacrificios están en el cielo, estos son celestes, aunque celebrados en la tierra, son llamados celestes” 20 . Muestra una especial atención a la igualdad, frente a la diversidad, de clérigos y laicos, siendo todos hermanos iguales en fuerza de un mismo bautismo, considerando que, “la diversidad y la multiplicidad con- curren a formar la unidad” 21 . Esto se concreta, de forma peculiar, en la liturgia, donde los fieles completan la oración del obispo y su presbiterio. Subraya entre los elementos de unidad entre los fieles, el beber de un mismo cáliz, “lo cual es prueba de intenso amor… Hemos participado de la mesa espiritual; participemos también de la espiritual caridad” 22 . La oración universal de los fieles, que se une a la de los sacerdotes y 18 ID. In epistola II ad Corinthios , hom. 3,7 (PG 61,418). 19 ID. In epistola ad Hebraeos , hom. 33,4 (PG 63,229). 20 Ibid., hom. 16,3 (PG 63,125). 21 ID. In epistola I ad Corinthios , hom. 30,2 (PG 61,251). 22 ID. In sanctum Matthaeum evangelistam , hom. 32,7 (BAC 141,653).

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