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97 más que otros Padres, ha formulado la identidad de los laicos, al tiempo que ha valorado su papel dentro del Cuerpo místico de Cristo. Comienza poniendo de relieve la presencia y el empeño de los laicos, considerándolos como esenciales para el crecimiento del Cuerpo de Cristo y del pueblo de Dios. La Iglesia, en este orden de cosas, está llamada a constituir el pueblo de los elegidos. De ahí le viene a la Iglesia toda su fuerza. Al mismo tiempo, la Iglesia se constituye también como madre de los regenerados por la fe, de aquellos que han sido incorpo- rados a Cristo. Por el bautismo, los cristianos –como Cristo– se hacen profetas, reyes y sacerdotes. Al mismo tiempo, Cristo es el principio de unidad, entendiendo que no puede haber separación entre el cuerpo y la cabeza; Cristo es el fundamento y los cristianos el edificio 15 . Es Cristo maestro, sacerdote y víctima el que hace real y auténtica la unión de los creyentes 16 . De esta manera, a los fieles iluminados por el bautismo, les ha sido confiado el misterio de Dios. Y, al mismo tiempo, esa fe necesariamente ha de ser expresada por medio de los hechos, evidenciando que si se extingue la caridad, muere el Cuerpo de Cristo 17 . Al mismo tiempo, los elementos de unidad son la fe, las obras y la caridad. Con todo, el punto central de la eclesiología de san Juan Crisóstomo se encuentra en la imagen paulina del cuerpo y la diversidad de funcio- nes, en correspondencia a la diversidad de carismas o dones. En la Iglesia se encuentran dones diversos, al modo de la diversidad de los dones o carismas del Espíritu Santo. Según su planteamiento, se entiende que el cuerpo precisa de diversas funciones. Los miembros diversos marcan una particular relación con la diversidad de funciones: obispos, presbíteros, diáconos, vírgenes –de ambos sexos–, esposos, pueblo, clero. El que adquiere un cierto relieve es el obispo. En la imagen del Cuerpo de Cristo y del pueblo de Dios se encuentra imbricada la triple función de los fieles laicos; a partir de su identidad específica y su ejer- cicio concreto. El fiel laico ha sido incorporado a Cristo por medio del bautismo, siendo así partícipe de la triple función –sacerdotal, profética y 15 Cf. S. JUAN CRISÓSTOMO. In epistola I ad Corinthios , hom. 8,4 (PG 61,72). 16 Cf. ID. In epistolae ad Hebraeos , hom. 17,1 (PG 63,129). 17 Cf. ID. In sanctum Matthaeum evangelistam , hom. 19,5 (BAC 141,402).

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