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308 estrechamente vinculado a aquello que le resulta más específico, al tiempo que les distingue de los otros. Es el caso de la Virgen de Guadalupe en Nueva España, o de santa Rosa de Lima en el Perú, que siempre irán en relación a un particular grupo social, capaz de coadyuvar las diversas fuerzas sociales. Así se lograba ya una primera unidad político-religiosa, que podía servir de referente a la sociedad local, logrando unir en un mismo imaginario a gentes que, aparentemente, pensaban de manera diversa, por pertenecer a contextos socialmente diversos. Lo religioso configuraba y daba forma al día a día de las sociedades del Antiguo Régimen. Así los temas religiosos y la argumentación deducible de los mismos, en una clara orientación revolucionaria o contrarre- volucionaria, sirvieron abiertamente a aquellos que tenían la obligación o se sentían en la responsabilidad de movilizar a la población. 77 El pensamiento clá- sico fue, de esta manera, una herramienta eficaz y segura, desde la cual gene- rar respuestas en los distintos espacios geográficos, teniendo en cuenta que el pensamiento clásico hispano funcionaba mejor cuando iba acompañado de un sustrato católico en la sociedad en la que debía asentarse. No cabe duda que, los primeros levantamientos, como consecuencia de las abdicaciones de Bayona y las actitudes sostenidas por Napoleón y sus hues- tes hacen buscar recursos en la argumentación clásica. 78 Desde ésta es fácil leer los hechos como una tiranía, puesto que aquel que era considerado como aliado se había alzado, imponiéndose por la fuerza. Al mismo tiempo, esto tenía como resultado que, en una estructura centralista como la que habían ido impo- niendo decididamente los Borbones, la nación quedara sin cabeza legítima. 79 77 No cabe duda que el providencialismo identificado con la comunidad concreta resultaba un recurso atrayente en el marco propio, máxime cuando se refería a algún tipo de devoción propia del entorno, capaz de aglutinar a la población de una manera difícilmente pensable. Podríamos ver muchos ejemplos de esta cuestión. Es suficiente con una referencia al más claro de todos, el de la Virgen de Guadalupe en la Nueva España, pero también podemos ver el de la Virgen del Carmen en La Paz, el 16 de julio de 1809 . Si estos usos u orientaciones nos relacionan con el entorno revo- lucionario, en el contrario no será muy diferente, utilizando los mismos símbolos para conseguir los resultados opuestos. Un ejemplo significativo puede ser el de la justicia divina, como medio para mantener el status quo . 78 Es necesario, a este respecto, preguntarse por qué en la argumentación clásica. La razón es múltiple, por una parte era la más fácil de ser asimilada y aceptada por todos, pues era la que se había transmitido por generaciones, por lo que era más difícil que fuese cuestionada. Pero, al mismo tiempo, no cabe duda que otro tipo de posturas eran consideradas como provenientes del invasor francés, lo que podía generar un revuelo importante. 79 Es cierto que no era sólo fruto del absolutismo borbónico, sino que la misma manera de entender los pactos entre el rey y su pueblo determinaban fuertemente la figura del Soberano, como único referente visible. Al faltar éste se tambaleaban los cimientos que daban seguridad a un pueblo. Y, desde el mismo momento que algo era cuestionado, quien ponía límites a que otros temas relacio- nados pudieran ser leídos o interpretados de nuevas maneras en su propia evolución interna. miguel anxo pena gonzález

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