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El Mundo Iberoamericano antes y después de las Independencias – 374 – A partir de esta situación, es lógico que la aversión sea creciente, pero también en este punto se pone de manifiesto cómo los argumentos tienen una evolución en sus propias lecturas. Así, el ataque directo al Despotismo por parte de los revolucionarios españoles, que se justifica afirmando que han vivido trescientos años de servidumbre desde el momento que se negaron las libertades castellanas, tiene un reflejo en los entor- nos revolucionarios americanos que, partiendo del mismo principio, resalta su someti- miento constante a las autoridades regias venidas de los marcos peninsulares, haciendo uso de todas las prebendas y negando incluso los derechos propios de aquellos vasallos americanos. Cuando esos rencores se van acentuando, unidos al ansia por defender la legitimidad clásica y el pueblo se arroje a la calle para defender al soberano legítimo, la reacción de enfrentamiento contra el poder establecido será fuerte; un reflejo de las reacciones por parte de la Iglesia jerárquica serán las excomuniones, que pueden estar proyectando una actitud defensiva, tanto civil como eclesiástica, frente a todo aquello que pudiera estar inspirado o, simplemente, pudiera suscitar cualquier tipo de recuerdo o parangón con la realidad vivida en Francia como consecuencia de la Revolución Francesa. Después de esta experiencia, la legitimación religiosa del poder, será uno de los intentos más sobre- salientes 11 . No es que se tratara del único motivo, sino que era uno más en la lista de los argumentos soberanistas, frente a cualquier tipo de alzamiento popular. Al mismo tiempo, a esa guerra contra el francés se le añadía un elemento nada des- deñable: el hecho de considerarla como guerra religiosa, por lo que el patriotismo supo- nía, a un mismo tiempo, la defensa de la religión tradicional del Estado. La impedimenta eclesiástica utilizada a este fin fueron las procesiones, sermones, cartas pastorales… que desarrollan un sentimiento patriótico y religioso exaltado. A ello estaría estrechamente unido el que la misma Inquisición española, había sido utilizada por la Corona como un medio de inspección hacia todo aquello que tuviera referencia o cualquier tipo de vinculación con la Ilustración francesa. De ahí un control de publicaciones tan exhaustivo como el que se lleva a cabo en aquel momento que, más que provenir de los entornos eclesiales lo hacía desde los de la corona, pero valiéndose de toda la infraestructura que facilitaba la Iglesia. No dejaba también de tener su importancia un efecto reflejo, en el que la jerarquía eclesiástica se alineaba y hacía frente común con las instituciones de la Monarquía hispá- nica, que eran las que les habían promovido a sus beneficios y prebendas, mientras que el clero llano y los regulares, sectores donde la población criolla era más significativa, se identificarán –de manera general– con los movimientos insurgentes. de la actitud antiamericana de los peninsulares hacia los criollos. Cf. F.-X. Guerra, “La desintegración de la Monarquía hispánica: Revolución e independencia”, en A. Annino - L. Castro Leiva - F.-X. Guerra, De los imperios a las naciones: Iberoamérica , Zaragoza, Ibercaja, 1994, 205, nota 22. 11 Los medios utilizados serán: la censura, que se ve radicalizada, la vigilancia sobre la publicación de impre- sos (libros y gacetas) y, también, la prohibición de discutir públicamente sobre la Monarquía.
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