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154 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ apropiada para el gobierno de las ciudades. En este sentido, hay que enten- der de manera paralela ciudad e Iglesia, conigurándose la autoridad papal como la de una monarquía, pero con la particularidad de que el Papa es la cabeza ministerial de la Iglesia, que se encuentra al servicio de las determi- naciones conciliares. Aun con eso, su obediencia iel al pontiicado le lleva- rá, al inal de su vida, a ser nombrado obispo de Ávila. Años antes, Juan II lo había nombrado también consejero real y, en 1446, el Estudio salmanti- no lo erigía como su Canciller. No cabe duda que, el Tostado, es ya la igu- ra de los nuevos tiempos, aquella que formada en los ambientes castella- nos, superaba los límites del entorno teniendo una trascendencia interna- cional, especialmente por su trayectoria y validez intelectual y de guía, y no sólo o especialmente por su atención a la política y el gobierno. En estrecha relación con «el Tostado», se encuentra Rodrigo Sánchez de Arévalo (+ 1470) 111 , colegial en Salamanca, que asiste al Concilio de Basilea, acompañando al obispo de Burgos Alfonso García de Cartagena, donde tomará contacto con las ideas humanistas. Su carrera abandona el campo intelectual para orientarse hacia el cortesano. Prueba de ello es su trayectoria como embajador de Juan II y Enrique IV, así como los sucesi- vos nombramientos como Obispo de varias diócesis, donde no se hará nun- ca presente y, una carrera que desarrollará fundamentalmente en la Curia romana como diplomático. En palabras de K. Kohut, “Sánchez de Arévalo debe su carrera política y eclesiástica a dos posiciones que mantenía irme- mente en su pensamiento y en sus actos: la idelidad absoluta a la Monar- quía y al Pontiicado” 112 . De esta manera, el autor releja la vinculación con los dos ámbitos esenciales para la comprensión y desarrollo de la Teología, unas décadas más tarde, la estrecha relación y dependencia con el Papado y con la Monarquía hispánica a un mismo tiempo. Ese equilibrio o habili- dad diplomática, por otra parte, no era muy corriente entre los diversos autores. Asistirá al Concilio de Basilea, acompañando a Alonso de Carta- gena. Más tarde en Roma, como consecuencia de su experiencia en Basi- lea, defenderá la autoridad pontiicia frente a los conciliaristas. Con todo, no se puede olvidar que como representante regio en la Corte pontiicia, se había visto también obligado a defender el poder real frente al pontiicio, 111. Acerca de su vida y obra, cf. T. t oni , Don Rodrigo Sánchez de Arévalo, 1404-1470 , en Anuario de Historia del Derecho Español 12 (1935) 97-360; R. H. t raMe , Rodrigo Sánchez de Arévalo, 1404-1470. Spanish Diplomat and Champion of the Papacy , Washington, Catholic University of America, 1958; R. B. t ate , Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-1470) and His Compendiosa Historia Hispánica , en Nottingham Medieval Studies 4 (1960) 58-80; K. K ohut , Sánchez de Arévalo (1404-1470). Frente al humanismo italiano , en E . r ugg - a. M. g ordon (coords.), Actas del sexto Congreso Internacional de hispanistas , Toronto, University of To- ronto, 1980, pp. 431-434; L. c ervera v era , La ciudad ideal concebida en el siglo XV por el humanista Sánchez de Arévalo , en Boletín de la Real Academia de la Historia 179 (1982) 1-34. 112. K. K ohut , Sánchez de Arévalo (1404-1470). Frente al humanismo italiano ”, p. 431.

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