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MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 132 mo al de Roma y no al de Aviñón, lo que en Castilla entraba en confronta- ción con los intereses de Juan I. Precisamente éste tenía intención de hacer juramento a favor de Clemente VII en la iglesia de San Francisco de Sala- manca. Los frailes atribuirán a un milagro que no se pudiera celebrar dicho juramento 21 . Estos pequeños detalles, así como otros que ahora iremos relacionan- do, ponen en evidencia que no se trataba de algo improvisado, ya que el 18 de diciembre de 1378 Clemente VII había dado a Pedro de Luna autoriza- ción para reformar los estudios existentes en la Península Ibérica 22 . También por ello, Clemente VII por medio de su Legado se apoya en los dos Estudios Generales, para dar los pasos conducentes a la consolida- ción de una Facultad de Teología en la Universidad de Salamanca, por lo que el reconocimiento de los estudios realizados, ya fuera en San Francisco o en San Esteban, iba estrechamente unido a la incorporación en la Uni- versidad 23 . Este estado de cosas lleva a cuestionar la airmación que Vicen- te de la Fuente hacía, a inales del siglo XIX, considerando que “la Teolo- gía no se estableció en las Universidades de Salamanca, Valladolid y Léri- da hasta principios del siglo XV” 24 . En este sentido, es cierto que no se habían establecido todavía como estudios oiciales y reconocidos para to- dos los estudiantes, aunque existieran intra ordinem para las respectivas órdenes religiosas. En este orden de cosas, para Beltrán de Heredia: se dio un nuevo impulso a los estudios teológicos en la Universidad. No se trataba propiamente de erigir la Facultad, pues existía ya, no sólo de jure sino de facto aunque en forma modesta, siendo preciso ampliarla y reforzar- la. La enseñanza tendía a quedarse forzosamente en los conventos francis- cano y dominicano, porque la Universidad no disponía aún de ediicio pro- pio, sirviéndose de locales alquilados 25 . La situación de la Alma Mater respecto a los estudios de Teología, du- rante estos años no había sido fácil. Del estado general se deduce que, con anterioridad a la visita del Legado, tanto dominicos como franciscanos contaban con dos Estudios Generales en progresivo aianzamiento, ya que 21. Cf. M. de c astro Y c astro , San Francisco de Salamanca y su Studium Generale , Santiago de Compostela, Aldecoa, 1998, p. 25. 22. Cf. J. z unzunegui , La legación en España del cardenal Pedro de Luna: 1378-1390 , en Xenia piana Ssmo. Dno. Nro. Pio Papae XII a Fac. Hist. Eccl. in Pont. Univ. Gregoriana dica- ta , Roma, Herder, 1943, p. 134, doc. 3. 23. En este sentido, no se puede perder de vista que dicha incorporación tenía su origen en la escolástica clásica, donde el principio fundamental había sido “ubi magistri ibi cathe- dra”. 24. V. de la f uente , Historia de las Universidades, Colegios y demás establecimientos de enseñanza en España , Madrid, Imp. de la Viuda e Hija de Fuentenebro, 1884, p. 209. 25. V. B eltrÁn de h eredia , Cartulario , t. I, p. 228.

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