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114 MIGUEL ANXO PENA GONZÁLEZ 2. El apresamiento en Cumaná En aquellas lejanas tierras se entrega a la tarea de adoctrinar a los naturales y negros, desarrollando un ministerio que no conoce fronteras a lo largo de toda la cuenca del Caribe. Entra en el Continente por la provincia de Cumaná, dependiente del rey Católico, donde ejercerá su ministerio hasta que es apresado mientras conducía a un grupo de indígenas. Naturales que, en tierras hispanas, eran apresados como si pudiesen ser reducidos a esclavitud, algo del todo prohibido por las leyes de la Corona y de la Iglesia. Es encarcelado y trincado con grilletes por orden del gobernador, bajo indicación del prefecto de la misión capuchina, por haberse introducido en aquel territorio sin licencias. El poder civil, para justificar su condena, y por el hecho de ser francés, lo acusa de ser un espía del rey de Francia, testimonio que se ve confirmado en el Auto que se desarrollará más tarde en La Habana, y que podía ser justificado por su relación con el conde de Estrées, que había comandado a las fuerzas que liberaron a la isla de Cayena. Uno de los testigos, Antonio de Cola Negra, afirma: “que habiendo llegado a dicha provincia el testigo por el mes de noviembre o diciembre del año pasado de mil seiscientos y ochenta, a donde fue sirviendo al señor doctor don Juan de Padifia Guardiola y Guzmán, del Consejo de su Majestad, oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo que pasó a gobernarla, halló en ella al dicho Padre Fr. Epifanio y oyó decir públicamente que el Maestro de Campo don Francisco de Viveros, Gobernador y Capitán general que acababa de ser de dicha provincia, lo había tenido preso y con grillos, porque se lo remitió el Padre Prefecto de las misiones de religiosos capuchinos que están la tierra adentro de la dicha Provincia de Cumaná, por haberse introducido en ellas el dicho Padre Fr. Epifanio sin despacho, ni ser enviado para dicho ministerio, y ser como es extranjero, por lo cual habiendo tenido el Padre Prefecto mala presunción de su ida a las dichas misiones, y no ser de los religiosos de su obediencia, dio cuenta al dicho Gobernador don Francisco de Viveros para que enviase por él, y con efecto remitió gente que lo trajesen al presidio de dicha provincia de Cumaná, adonde, como lleva dicho, estaba al tiempo que llegó el dicho señor oidor, y el testigo y las demás personas que iban en su compaffla, y también oyó decir que le habían hallado al dicho Padre Fr. Epifanio algunos papeles y derroteros que le quitó el dicho Gobernador y que se remitían a España, y asimismo que algunos días antes que fuese al dicho gobierno el dicho señor oidor, estuvo en la costa y puerto de dicha provincia de Cumaná la armada de Francia, del conde de Tres, que anduvo en estas partes de las Indias,

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