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PROYECTO SALMANTINO DE UNIVERSIDAD PONTIFICIA E INTEGRACIÓN. .. 127 a las Órdenes mendicantes, que serán sustituidas progresivamente por el clero secular, siempre más vinculado a la Monarquía, en la búsqueda de posibles beneficios y ascensos en su propio cursus honorum. Esto explicaría que la ampliación y crecimiento que experimenta la Universidad de Sala– manca durante el siglo XV esté apoyada en franciscanos y dominicos, con– juntamente con el Estudio. Se trataba de repetir el esquema parisiense, pero intentando evitar las escisiones que allí se habían producido, quizás no con conciencia de las mismas, pero sí dirigiendo la intención en una clara búsqueda de un contrapeso efectivo. De esta manera, se proponía y buscaba la organización de una Salamanca papal al modo como lo había sido París. Clemente VII, el 18 de julio de 1393, había enviado a la Uni– versidad de París y al Rey de Francia a su legado Pedro de Luna, con la intención de negociar y hacer valer sus poderes, era una prueba más de la ruptura de sintonía entre el Pontificado y la Universidad de París. En el Concilio de Basilea, los Padres habían usado la colegialidad como un arma contra el papa Eugenio IV, usando a este fin los principios conte– nidos en el decreto Sacrosancta, que proponía que el Concilio era superior al Papa y que el Papa no podía disolver o interrumpir el Concilio, ni tam– poco transferirlo a otro lugar 12 • Si ésta había sido la actitud defendida por los Padres conciliares, el Papado buscará, de manera progresiva, volver a la teoría tradicional de la plenitudo potestatis 13 • En este sentido, Evangelista Vilanova nos recuerda que «los teólogos adquirieron mucha fuerza en el Concilio, de modo que se asistió a una verdadera invasión de bachilleres, religiosos y sobre todo mendicantes» 14 • El detalle no parece baladí, puesto que era lógico que éstos estuvieran más próximos a las lecturas monárqui– cas, en relación directa con las propias estructuras democráticas de las Órdenes mendicantes y, al mismo tiempo, aun en la significativa diver– gencia de doctrinas que afectaba a todos, así como en las luchas por los intereses de los súbditos de sus Coronas, de las que no estaban tampoco ellos mismos exentos. Coincidían en creer que la soberanía del Concilio mostraba la unidad de la Iglesia y poseía por sí sola la autoridad de la comunidad de los fieles. La reacción opuesta era la exaltación de la monar– quía romana y el inicio de la Iglesia de los tiempos modernos. Dos lectu– ras ya difícilmente reconciliables. Como fundamento del Conciliarismo nos encontramos con Guillermo de Ockham o Marsilio de Padua; entendién– dose que las posturas escotistas y ockhamistas eran más propicias para la defensa de este ideal, que las defendidas por la escolástica tomista. 12 C/ «Sacrosancta (Basilea, 15 de febrero de 1432)», en Concilior111n Oemmenicomm Decreta, pp. 456-457. 13 C/ Klaus SCHATZ, Papal Primacy. From lts Origins to the Present, Collegeville, The Liturgical Press, 1996, p. 110. 14 Evangelista VILANOVA, Historia de la Teología Cristiana, t. II, p. 46.

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