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PROYECTO SALMANTINO DE UNIVERSIDAD PONTIFICIA E INTEGRACIÓN... 123 formaban teólogos, en las Universidades lo hacían fundamentalmente los juristas, tanto canonistas como civilistas. Este aspecto creemos que es trascendental para la comprensión de la Teología en la Salamanca del siglo XV, puesto que ya intuimos que los pasos que se den tendrán siempre que estar pivotando sobre las institucio– nes vinculadas. Por otra parte, es cierto que esto no era una novedad, sino que coincidía con el sistema de organización de la misma Universidad de París y sus Colegios vinculados. Así, el siglo XV es el momento en el que se crea y organiza la Facultad de Teología, en la Universidad de Salaman– ca, pero no en el que se comienza a enseñar Teología, que era anterior en el tiempo. A partir de este momento, también la Teología, de manera más frecuente, servirá para crear los cuerpos burocráticos, eclesiásticos y civiles. En este sentido, si los intereses de la Corte de Castilla ocupan un papel relevante en la nueva configuración, más lo serán los del papado de Aviñón y las bulas desde allí promulgadas. Florecerá precisamente en este momen– to cuando el Pontífice derogue el privilegio concedido por Gregario IX y con el que contaba la Universidad de París desde principios del siglo XIII, por el cual ésta otorgaba, en exclusiva, los grados académicos en Teología, detalle que había sido fundamental para el desarrollo de la Teología en aquella Universidad. 1. LA CRISTIANDAD El Gran Cisma de Occidente tiene unas consecuencias funestas sobre toda la institución eclesiástica y civil de la Cristiandad del momento. El ámbito universitario no será una excepción, sino que sufrirá también las consecuencias que se concretan en una pobreza institucional y académi– ca, en relación al esplendor que había caracterizado al siglo XIII 2 • El ejem– plo más claro de ello lo encontramos en la Universidad de París y la comparación entre los maestros en Teología de la Escolástica y su desa– rrollo posterior. A este respecto es suficiente con el recuerdo de los dos grandes maestros escolásticos: santo Tomás de Aquino y san Buenaven– tura de Bagnoregio, que seguirán siendo punto de referencia fundamen– tal para las dos grandes Escuelas teológicas occidentales. Aunque los maestros dicen vivir de los mismos principios que habían movido a dicha institución desde el siglo XIII, la realidad es ya otra. De manera concre– ta, se podía constatar una significativa decadencia en la seriedad de la vida universitaria, que era fruto de la constante ausencia de los maestros de sus cátedras, por el hecho de ser llamados con frecuencia a desempe– ñar otras tareas, muchas de ellas de representación en pleitos y juicios de 2 C/ Jacques VERGER, «Les universités frarn;aises au xv• siecle: crise et tentatives de réforme», en id., Les tmiversités franfaises au Mayen Á.ge , Leiden-New York-Koln, 1995, pp. 230-231.

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