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PROYECTO SALMANTINO DE UNIVERSIDAD PONTIFICIA E INTEGRACIÓN... 149 lo tendrían que cursar en el Estudio, por lo que la total autonomía de la que habían gozado hasta aquel momento comienza a tomar una nueva expresión y forma, de la que los propios mendicantes no serán conscientes y que, por otra parte, se ha de reconocer que trajo unos magníficos resul– tados para la Universidad y las Órdenes, especialmente los dominicos a lo largo del siglo xvr. Dicho control no respondería sólo a las posturas teoló– gicas, vinculadas con la Escuela tomista y escotista, sino que el propio carácter universal de las Órdenes, que superaba las fronteras de los Reinos, generaba una estructura alternativa y difícilmente controlable en un ámbi– to local o geográfico concreto, al tiempo que se mostraba muy propicia para una Monarquía pontificia que, de esa manera, aunque la Universidad evolucionara hacia un control mayor por parte de los poderes seculares, ésta tendría siempre en su seno un aliado fiel 87 • La preeminencia del Estudio se hace también manifiesta en la Corte pon– tificia de Eugenio IV. Así interpretamos la petición del propio Pontífice a la Universidad, en 1437, para que envíe maestros y doctores al Concilio de Ferrara, a donde había trasladado el de Basilea 88 • Esa disposición del nuevo Pontífice podría ayudar a que, dos años más tarde, devuelva al claustro uni– versitario de Salamanca el derecho de nombrar maestrescuela de uno de los miembros del Cabildo 89 • Era manifiesto que la decisión pretendía contentar a todos, creando cierto equilibrio, que estará siempre en juego 90 • 5. EL «CURSUS» TEOLÓGICO Aunque sea con brevedad, parece interesante hacernos una idea del reco– rrido que, a partir de las Constituciones de Martín V, debía realizar un 87 No cabe duda de que en los años sucesivos se notan ciertos movimientos, en el intento del poder civil y eclesiástico por hacer valer su control en la Alma Máter. Es lo que se manifiesta respecto a la juris– dicción y privilegio del fuero del Estudio que el Papado amplía y la Monarquía castellana pretende limi– tar. Cf M.ª Pilar ALONSO ROMERO, El fi1ero universitario, siglos XIII-XIX, pp. 166-167. En esta línea de principios, se podría encontrar también el intento por parte del arzobispo de Compostela de hacer valer sus derechos en el Estudio. También a ello respondería el intento fallido de reforma de los Estatutos de 1433, en la que estaba presente este último junto con el rey Juan II. C/ Bttlario, t. II, p. 373, n. 854 (Roma, 1 de enero de 1433). El conflicto se prolongará durante varios lustros, hasta la muerte del arzo– bispo de Compostela, momento en que serán integralmente restablecidas las Constituciones de Martín V. Cf ibid., pp. 541-542, n. 1074 (Roma, 10 de noviembre de 1446). 88 C/ ibid., pp. 428-429, n. 930 (Bolonia, 23 de septiembre de 1437). 89 C/ ibid., pp. 443-444, n. 947 (Florencia, 1 de mayo de 1439). Parece que, en este momento, ambas instituciones debían mantener una relación más cordial. Así interpretamos la «donación del Cabildo a la Universidad de Salamanca de la iglesia de San Nicolás en el arrabal, junto con el cemente– rio y la casa de ermitaño, con consentimiento de Pedro Sánchez de Mena, clérigo de San Salvador y San Nicolás, quien deberá entregar a la Universidad un par de gallinas cada año, por razón de la casa del ermitaño». Raúl VICENTE BAz, Los libros de actas capitulares de la Catedral de Salamanca, p. 293, n. 692 (Salamanca, 8 de marzo de 1419). 90 Así, años más tarde, en 1456, recoge el resumen del libro de actas capitulares del Cabildo: «el maestrescuela se sometió a la jurisdicción de la catedral, renunciando al privilegio del Estudio». Ibid., p. 348, n. 953 (Salamanca, 10 de diciembre de 1456).

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