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PROYECTO SALMANTINO DE UNIVERSIDAD PONTIFICIA E INTEGRACIÓN.. . 147 amplio, se pudiera contar con un cuerpo docente, a la altura de los otros tres grandes Estudios generales del mundo, como hacía mención el propio Martín V, al comienzo de este número de sus Constituciones. Por lo mismo, el esplendor y brillantez de la Teología en la Universidad de Sala– manca, a lo largo del siglo XVI, tendrá una estrecha relación con la historia y con la política que se había aplicado de manera sucesiva, a tal efecto. Matiz que se pone también de manifiesto en una de las últimas pres– cripciones que marca este número 32: «Y los que vinieren a este Estudio para recibir el grado de licenciado o maestro recíbanlo los seglares del más antiguo, los regulares del regente de su Orden o de más antiguo resi– dente en el Estudio» 81 • Se entendía que, de esta manera, se respetaban los intereses de la Universidad y, a un mismo tiempo, los de los Colegios incorporados en los que quedaba así salvada la selección de los candida– tos a los grados 82 , buscando una vez más que los intereses confluyeran en una dirección común, que beneficiaba a todos. Lo que se mostrará toda– vía mejor, cuando en el siguiente número exponga que todos los Colegios de los monasterios y conventos «subsistan a perpetuidad incorporados a la propia Universidad salmantina con aquellas mismas indulgencias, pri– vilegios, libertades, inmunidades y cualesquiera gracias con las que tam– bién los monasterios y lugares de París se saben unidos a la Universidad parisina» 83 . El hacer todavía más explícito el reconocimiento de los derechos de que gozaban los colegios parisienses era, indudablemente, una llamada a que las distintas Órdenes asentasen en Salamanca, o en su círculo de acción, sus centros de formación teológica, acogidos bajo esa capa de privilegios, liber– tades e inmunidades que, de otra manera, serían impensables. No cabe duda de que Martín V, así como aquellos que habían colaborado en la ela– boración de las Constituciones, tenían conciencia de que, con este tipo de prácticas, la Academia salmantina saldría reforzada. Una prueba de ello es el hecho de que «subsistieran a perpetuidad incorporados», entendiéndose que en esa fuerza estaba una de las apoyaturas más relevantes del Estudio, en sintonía con París y en diferencia con otros Estudios donde no se había aplicado dicho corporativismo colegial. Al mismo tiempo, con las exigen– cias marcadas respecto a la enseñanza, que suponía dotar a dichos Colegios del profesorado necesario y adecuado a tales fines, el aumento de teólogos sería significativo. Por lo que deberían también promoverlos a los grados, 81 lbid., p. 159. 82 En esta línea interpretamos la respuesta de Martín V a la petición del general de los Menores, pidiendo que los religiosos promovidos al magisterio sin haber completado los cursos de enseñanza en Teología sean de nuevo sometidos a examen. Hay que hacer notar que dicha petición no se referiría sólo a la Universidad de Salamanca. C/ B1tlario, t. II, pp. 240-241, n. 680 (Roma, 17 de julio de 1423). Dicha bula no aparece en el B1tllarit1111 Franciscan111n. 83 lbid., n. 32.

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