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LA FAMILIA: ALTERNATIVA VERAZ 197 dar pasos al mismo tiempo que se va caminando, aunque esto infrinja cierto dolor al propio individuo y su entorno6. La solución está, por tanto, en el diálogo, lo cual requiere tiempo y mane ras concretas de hacer. No todos estamos preparados para ese intento de mutua comprensión, e incluso nos podemos convertir en un obstáculo para el mismo. Por eso, los hijos pueden ser una opción, desde la clave familiar, que ayuden a derribar barreras y prejuicios. Si como ha constatado la historia, los hijos son los sueños y las expectativas de sus padres, también lo han de ser de nuestro futuro común. El reto es grande y no será fácil, en razón de que son muchos los elemen tos que están de camino y que han de ser tenidos en cuenta, pero sí parece que puede ser una manera adecuada para superar los prejuicios y dirigirnos hacia el camino del posible y auténtico encuentro. En este sentido, se impone una polí tica social que evite todos los peligros de sectarismo, evitando los ámbitos cerrados. La oportunidad mayor se encontrará en el espacio donde los menores pasan más horas a la semana: la Escuela; por lo que es preciso luchar por una escuela abierta y plural, capaz de integrar y hacer posible la comunicación entre aquellos que son diferentes o, al menos, lo parecen7. Teniendo esto presente, la vinculación entre el hogar y la escuela permitirá avanzar adecuadamente..., pero quizás por lo mismo la educación ha de supe rar los límites del centro educativo llegando a la calle, a lo cotidiano, puesto que si nos encontramos en los pequeños algún tipo de actitud racista, no provendrá de ellos mismos, sino que habrá sido promovida por otro, y este otro ha de ser siempre alguien muy próximo a su vida y que le está dirigiendo por caminos errados. A esta realidad ha de responder también la sociedad, buscando los medios para que se relacione socialmente con todos, asumiendo los límites de 6 En este sentido, no queremos decir que las asociaciones que se han ido constituyendo a lo largo de todo el Estado para defender los intereses de unos determinados grupos no tengan cabida; sino que es obvio que juegan un papel adecuado y oportuno, puesto que unidos es más fácil hacer valer y defender unos intereses, especialmente ante los organismos oficiales, pero siempre y cuando se conviertan en un medio socializador y no en un ghetto cerrado, a través del cual los recién llegados ven a una sociedad y se enfrentan con ella. Estos han de dar también unos pasos por sus propios medios, integrándose, también, en la nueva sociedad, aportando a la misma y ayu dando a su construcción. De esta manera, el surgimiento de las diversas bandas o grupos de delincuentes menores, ya sean de procedencia hispanoamericana o marroquí, fundamentalmente, está poniendo el dedo en la llaga. ¿Porqué se ha llegado a estas situaciones? ¿No es verdad que esto ocurre siempre en determinados sectores y barrios sociales, especialmente deprimidos? En el subconsciente de nues tro hoy está también muy presente la realidad vivida en los cinturones más deprimidos de las princi pales ciudades de Francia, como un referente que no podemos dejar de mirar, al margen de que sepamos que fuera promovido por unos determinados intereses políticos y sociales. Por otra parte, es en estas situaciones más cerradas donde los fundamentalismos tienen un caldo de cultivo ade cuado para encontrar candidatos para sus propuestas.

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