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LA FAMILIA: ALTERNATIVA VERAZ 205 optar por la utopía y el sueño puesto que de otra manera no será posible. Hemos visto ya cómo han ido cayendo todos los ideales políticos, e incluso los económicos; y aunque en los últimos años estamos volviendo a la asunción de idealismos sociales, estos son, sin lugar a dudas, totalmente fatuos y vacíos. La alternativa, no cabe duda que pasa también por lo político, pero en este sentido será necesario que exista una ética y moral social, más allá de las opciones de partido político o de los votos en razón de tendencias macroeconómicas. Sólo queda la opción ética por lo auténtico, por lo que es veraz, optando por distanciarnos al máximo de todo aquello que lleve implícito el engaño y la mentira. De esta manera, no bastará únicamente con estar atentos a qué se propone, sino cómo y de qué determinada manera, de tal suerte que quede salvada la opción más radical y auténtica. Es aquí precisamente desde donde nuestro título tenía sentido: en la propuesta de la familia como una alternativa veraz, como construc tora de caminos y posibilidades, según los ritmos y necesidades que cada uno requiere, puesto que es claro que no todos pueden caminar al mismo ritmo. En este sentido, se trata de una opción radical, que se distancia de los tan frecuentes populismos o reality shows que adornan nuestro entorno y nuestra sociedad. La vida de las familias divididas y distanciadas por unos papeles y burocracia no puede, de ninguna manera, ser confundida con las ideas de unos creativos que quieren entretener nuestro tiempo, pero mucho más nuestras mentes. La opción moral puede servir también como un cuestionamiento, ante la falta de compromisos radicales en nuestra sociedad, donde todo se hace pen sando exclusivamente en el hoy, y descuidando las consecuencias en terceros, así como el miedo social a los compromisos a largo plazo, que son los que dan veracidad y solidez a la gente. De esta manera, la familia emigrante puede ayu dar a cuestionar nuestros comportamientos frívolos y voluntaristas. Supone, también, opción por la familia y por un tipo concreto de familia. Aquella que se organiza en unos parámetros de racionalidad, y en la que los roles de padres e hijos están claramente imbricados y distribuidos. Desde el momento que hacemos este planteamiento, ya no vemos simplemente una única opción en la llegada de familias configuradas en sus lugares de origen, sino también en la posibilidad de que el emigrante pueda configurar y enraizar aquí su vida en familia, asumiendo una nueva realidad, y superando las barre ras sociales; ayudando de esta manera también a erradicar los prejuicios que siguen existiendo en torno a casarse y afianzar una relación de pareja con alguien de otra nacionalidad20. 20 Una rápida lectura a la encuesta sobre Inmigración y Universidad, nos demuestra que los universitarios españoles tienen serios prejuicios a casarse con moros-árabes y gitanos, quedando a gran distancia otros grupos étnicos: negros africanos, asiáticos, negros de Latinoamérica, judíos, indios de América Latina, mestizos, mulatos, portugueses, norteamericanos, latinoamericanos o
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