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Los Capuchinos y la esclavitud negra en los siglos XVII y XVIII 99 enseguida se hizo conocido por su granja, de la que se obtenían hortalizas pa ra abastecer a todo Ríohacha91. Especialmente significativa fue la reducción por parte de fray Salvador de Cádiz y fray Tomás de Pons, misioneros en los Llanos de Caracas, del negro Andresote y sus seguidores. El dicho Andresote se había proclamado jefe de los sublevados, entre los que se encontraban negros esclavos e indios, en el va lle de Yaracuy. Estos habían tomado como conducta de vida el robo y comer cio ilícito con los extranjeros, por lo que constituían un verdadero peligro pa ra la seguridad y economía de la corona. Durante el trienio comprendido en tre 1730-1733, fueron enviados a aquella zona diversas tropas sin obtener nun ca éxito. Los dos misioneros, después de cuatro meses de convivir con los re beldes, consiguieron que éstos depusieran las armas. Previamente habían ob tenido para los mismos el indulto y el perdón. Concluida su tarea, los misio neros regresaron a su trabajo entre los indios. Al P. Pons le siguió un gran nú mero de los reducidos. Para éstos pedía luego perdón y clemencia al monarca el obispo de Caracas D. José Félix Valverde92. En realidad no se trataba de la defensa de los negros pero sí del trato a que eran sometidos. 3. Las proposiciones presentadas por los Capuchinos Sin lugar a dudas, el momento crucial en las relaciones entre Propaganda Fide y los Capuchinos acerca de la esclavitud es el que tiene lugar el 12 de marzo de 1685. En este momento habían sido ya muy frecuentes las deman dadas de los misioneros dispersos por América y Áfñca haciendo frente co mún en tomo a los latrocinios que se cometían con los esclavos negros. Recla maban de la Congregación una postura taxativa y clara, que ellos pudiesen aplicar en su labor evangelizadora. Ésta era en el fondo la razón de los cons tantes memoriales e informes que los misioneros habían dirigido a los carde nales e incluso al Papa, y que sólo en contadas ocasiones habían tenido res puestas precisas. A este respecto, no se puede olvidar el lugar crucial ocupado en este mo mento por Lourenço da Silva Mendouça, que estaba en Roma en aquel mo mento en calidad de procurador de los intereses de los negros y mulatos afri 91 Cf. ANToNIo DE ALcÁcER, Las misiones capuchinas, 172. 92 Cf. BUENAvENTuRA DE CARR0cERA, Misión de los Capuchinos en los Llanos de curacas. Vol. 1. Introducción y resumen histórico. Documentos (1657-1699), 138-139.

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