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90 Miguel Anxo Pena Gonzalez Distingue claramente entre lo que el rey ha dispuesto y lo que se ejecuta en sus vastos dominios, con lo que evita entrar él personalmente en polémica y manifestar las dificultades existentes. Años después, con relación a la esclavi tud de los bozales, ya no estará tan preocupado por su situación personal. Ya que enfrentará todas las consecuencias directas que se pudieran derivar de su postura personal75. Señala brevemente los abusos por los que han sido solicitadas estas cédu las. Manifiesta que aún ahora siguen sin ser cumplidas,recurriendo para ello al testimonio del Provisor y Vicario General de Caracas, quien afinna habér selo notificado, dándole ejemplos concretos que demostraban que los tribuna les no hacían frente a estos abusos. Él mismo los considera tan desagradables que no conviene referirlos por escrito, puesto que en aquel momento está su cediendo lo mismo que en las décadas anteriores. Algo de lo que no sólo él se lamenta, sino también aquellos que denomina como piadosos, en referencia a los que cumplen con la doctrina evangélica. El problema, afirma él, se sigue solucionando por medio de trámites burocráticos, en los que los argumentos y discursos de unos son contestados con las alegaciones de los contrarios, y co mo las decisiones no son ejecutadas, nuevamente se vuelve a comenzar la di námica, hasta que se llega al punto que él expone ahora. De su escrito se desprende que el único que mantuvo una postura cercana a los intereses de los indios fue el Provisor y Vicario General de Caracas, que no asintió directamente a lo expuesto por los encomenderos. Aunque seguida mente Jaca señale que éste descargó su conciencia y, por tanto, su obligación de defender los intereses de los indios, en el obispo firmando así las alegacio nes de los encomenderos. Lo critica porque aunque quiso obrar bien en un pri mer momento, luego termina asintiendo a todo lo que le proponen. Es un ejemplo más de lo que sucede con un personaje de cierta relevancia que su cumbe ante intereses particulares. De tal suerte, que los intereses de unos po cos se anteponen a los de la Iglesia y la Corona. Se proclama como abogado y defensor de los indios, analizando los prin cipios que utilizarán sus adversarios. Frente a quienes sostienen que se corre el peligro de un levantamiento por parte de los indios, responde ser todo fal so. La razón es lógica, pues si se hubiesen ejecutado las cédulas reales, por ser los indios fieles vasallos del rey, se habría evitado toda esta duda, alcanzándo se mayores frutos de las misiones, puesto que los misioneros no se habrían te Cf. AGI, Audiencia de Santo Domingo, leg. 527, ff. 162r-189v. 66r-67v.

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