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84 Miguel Anxo Pena Gonzalez de afirmar que había poca diferencia entre los abusos constatados por los Ca puchinos que trabajaban en Áfñca y aquéllos que lo hacían en la América por tuguesa. Los ejemplos coinciden en las fechas y también en lo que solicitan de la Santa Sede o de la Corona de Portugal58. En 1676 tenemos el caso singular de fray Macario de Nantes, Custodio de las misiones capuchinas del Brasil que se dirige directamente al Papa Inocen cio XI, solicitando la protección de los indios. El motivo estriba en los abusos que se han convertido en algo frecuente en aquellas regiones y que se prolon gan en el tiempo. Los colonos católicos capturan a los infieles de ambos sexos que moran en aquellas latitudes, reteniéndoles en cautividad, esclavizándolos y vendiéndolos. Cometiendo además un sinfín de abusos contra ellos, anulan do así todo el trabajo evangelizador que los misioneros realizan en aquellas tierras. Por todo esto, fray Macario solicita del Pontífice que busque la mane ra más adecuada para que sean respetados los derechos de estos infelices, es pecialmente de los que son congregados en los pueblos de misión. Al mismo tiempo que buscan la manera de que se termine con todos esos terribles escn dalos, recurriendo a las cóndenas que sean necesarias59. Aunque fray Macario se refiere a los indios, su alegato es de singular importancia por tratarse de uno de los misioneros de la primera hora capuchina en América. Fray Carlo Giuseppe da La Spezia, Prefecto de la misión de Pemambuco, y que había sido misionero en el Congo. En torno a 1727 escribe a Propagan da Fide un informe respecto al estado y avance de la misión. En dicho escrito lanza una condena radical contra la esclavitud, negando que pudieran existir razones válidas para justificarla. Señala que la auténtica razón de ser de la tra ta se encuentra en la ambición e intereses personales de aquellos que manejan este negocio; operación que él considera como la más tiránica y bárbara que puede existir entre cristianos. Explica que ésta consiste en la compra y venta de los pobres negros e indígenas como esclavos, por lo que continuamente los navíos están haciendo la ruta entre las costas de África y las de Brasil, volvien do a América siempre cargados de africanos. Éstos desventurados son lleva dos a los mercados públicos, donde son vendidos como si de bestias se trata- 58 Acerca de las misiones capuchinas en Brasil, cf. MET0DI0 DA NEMBR0, Storia detl’attiviti mis sionaria dei Minori Cappuccini riel Brasile (1538?-1889), Romae 1958; F. LEnE DE FARIA, Os Capo chinhos em Portugal e no Ultramar portugués, Lisboa 1982; P. VrrroRlNo REGNI, Os Capuchinhos na Bahia. Urna contribuçdo para a História da Igreja no Brasil. Vol. 1. Os Capuchinhos franceses (1642- 1702). Vot. II. Os Capuchinhos Italianos (1705-1 892), Bahía 1985-1986. Cf. APF, SC. America Meridionale, vol. 1, ff. 33r-34v.

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